Ciudadanos: la mujer cubana en el rincón tranquilo y oscuro del hogar esperaba paciente y resignada esta hora sublime, en que una revolución justa rompe su yugo, le desata las alas… Todo era esclavo en Cuba: la cuna, el color, el sexo. Vosotros queréis destruir la esclavitud de la cuna, peleando hasta morir si es necesario. La esclavitud del color no existe ya, habéis emancipado al siervo. Cuando llegue el momento de libertar a la mujer, el cubano que ha echado abajo la esclavitud de la cuna y la esclavitud del color, consagrará también su alma generosa a la conquista de los derechos de la que es hoy en la guerra su hermana de caridad, abnegada, que mañana será, como fue ayer, su compañera ejemplar.
Tomado de Rafael Acosta de Arriba: “Ana Betancourt de Mora, una mujer excepcional”, en Cubarte. Portal de la Cultura Cubana, 7 de febrero de 2021.
Comentarios
Y. J. Hall
1 añoCurioso que se haya ido a vivir, hasta su muerte, al país que esclavizaba la cuna, el color y el sexo.
Teresa Fernandez Soneira
1 añoLa pobre Ana Betancourt, y todas las que vinieron después que lucharon por los derechos de la mujer. Cuando Ana se fue al exilio tuvo que finalmente ir a España porque allí estaba su única familia, una hermana viuda como ella. Y vino a morir poco después de ser Cuba independiente, y cuando se preparaba para regresar.
Y. J. Hall
1 año@Teresa: ¿Y su hermana por qué se fue a vivir al país que esclavizaba la cuna, el color y el sexo? No sé tú, pero yo veo una contradicción entre luchar por la independencia de Cuba de España e irse a vivir a España antes de lograr la independencia.
Teresa Fernandez Soneira
12 meses@Y. J. Hall: la hermana se fue a Espana porque estaba casada con un espanol. Como la mayoria de los cubanos. De ellos venimos.
María Antonia Borroto
12 meses@Teresa Fernandez Soneira: Es que, legalmente, los cubanos de entonces eran españoles. La Avellaneda también estuvo casada con un peninsular, y Aurelia Castillo, según creo recordar. Y peninsulares hubo que simpatizaron con la causa independentista.
Y. J. Hall
12 meses@Teresa: Siempre hay un porqué. Podría haber sido también porque en la península se come mucho mejor jamón. Tan sólida es la razón del nacimiento del marido como la de la superioridad de la cultura culinaria peninsular.
María Antonia Borroto
1 añoHay un detalle que, tal vez, nos oriente para entender la decisión tomada por algunos cubanos independentistas de residir en la península española. Amén de los análisis que cada caso demandaría (circunstancias familiares, en primerísimo lugar), me parece que no podemos soslayar que los nacidos en Cuba eran en ese entonces ciudadanos españoles; decir de alguien, antes de 1902, que nació en Cuba contiene ciertas exactitudes: nació, sí, en la isla así denominada, posesión española, no en la entidad jurídica que sería una vez constituida en república soberana. Eso permite que, por ejemplo, la Avellaneda sea una escritora española y que ciertos exégetas hayan creído encontrar brechas para cuestionar su cubanía. Yo, en lo personal, no le reprocho nada a una mujer como Ana Betancourt, conocida fundamentalmente por este texto que algunos aseguran (y así lo muestra la película El Mayor), que dijo ella de viva voz. Otras evidencias indican que fue leído, a pedido suyo, por el ciudadano Ignacio Agramonte. Un parque y un monumento le fueron consagrados en Guáimaro, un método de costura llevaba su nombre y así eran conocidas las campesinas que fueron trasladas hacia la capital del país, en los inicios de la revolución, para aprender corte y costura. Muchas zonas de su vida quedan en la sombra, como si su única obra fueran estas palabras, de las que se apropiaron, convenientemente, la FMC y los aparatos ideológicos del poder instaurado en Cuba tras 1959. Me resultan muy significativos sus desvelos para conseguir y editar el diario de su esposo, Ignacio Mora, de cuya obra ya tenemos evidencias en El Camagüey. Si sopesamos con calma veremos a Ana Betancourt mencionada hasta la saciedad en virtud sólo de estas palabras, mientras que de la no menos corajuda Emilia Casanova, esposa de Cirilo Villaverde se habla muy poco (al menos en Cuba). Pronto enmendaremos en El Camagüey ese desatino, pues ya tenemos en nuestro poder interesantes documentos que la conectan con personalidades de esta región. (Nótese que no las estoy comparando ni mucho menos, sólo pretendo llamar la atención sobre el énfasis puesto en la una y el abrumador silencio que pesa sobre la otra. Reconozco que supe de Emilia gracias a Ana Cairo Ballester. Pude estar a su lado (codo con codo) en una de sus últimas intervenciones públicas, referida precisamente a Emilia. Tal vez, no recuerdo el dato, Cairo Ballester estaba preparando algo al respecto. Como quiera, en El Camagüey nos aproximaremos en breve a esta cubana notabilísima, y también a Ana Betancourt, que merece no ser reducida a estas palabras.) (Otro paréntesis: De la Pera es el segundo apellido de Ignacio Mora y de Enrique José Varona. Ahí allí otra arista en la que no estaría de más indagar.)
Y. J. Hall
12 meses@María Antonia: ¿No ves cierta inconsistencia en luchar contra España e irse a vivir a España?
María Antonia Borroto
12 meses@Y. J. Hall: No creo que se luchara contra España: se luchaba por la independencia de Cuba. Amén de la vehemencia de ciertas declaraciones, no creo que España fuera vista como la enemiga. Los nacidos en Cuba (que ya se reconocían como cubanos) querían que cesara el dominio español en Cuba.
Y. J. Hall
12 meses@María Antonia: Por supuesto que se luchaba contra España, una lucha "a muerte". Los mambises mataban peninsulares y viceversa, lo que además convierte el conflicto en una guerra civil. De hecho, la intervención de Estados Unidos en el asunto era el deseo de los mambises, y fue precisamente esa intervención la estocada de muerte al débil imperio español Te haré la pregunta de otra forma, a ver si logro que respondas: ¿No ves cierta inconsistencia en luchar por la independencia de Cuba de España e irse a vivir a España?
María Antonia Borroto
12 meses@Y. J. Hall: Te he respondido, y lo vuelvo a hacer: NO.
Y. J. Hall
12 meses@María Antonia: ¿Dónde está el "No" en tu comentario anterior?
María Antonia Borroto
12 meses@Y. J. Hall: Es cierto, no lo escribí. Lo vuelvo a hacer: NO.
Y. J. Hall
12 meses@María Antonia: ¿Mentiste o no te diste cuenta?
María Antonia Borroto
12 meses@Y. J. Hall: Veamos cómo veían a los nacidos en la península Joaquín de Agüero y sus compañeros: "No, no es posible que se obcequen (se esta refiriendo aquí al gobierno. MAB) hasta el punto de preferir su propia ruina y la efusión de sangre de sus hijos y sus hermanos al triunfo de la causa más santa que los hombres han abrazado, y que tiene por fin la felicidad de ellos mismos y la aseguración de sus derechos y propiedades. "Los peninsulares que honran y enriquecen nuestro suelo, y que por los títulos del trabajo tienen tanto derecho a su conservación como nosotros, saben muy bien que los hijos de Cuba los aman personalmente, que no han desconocido nunca los intereses y necesidades recíprocas que los unen, y que jamás los han hecho responsables de la perversidad de unos pocos, ni de las Iniquidades de un gobierno cuya infernal política ha sido la única empeñada en desunirlos para DIVIDIR Y VENCER, según la máxima conocida de los tiranos." Tomado del Manifiesto de la Sociedad Libertadora de Puerto Príncipe firmado el 4 de julio de 1851 por Joaquín de Agüero, Francisco Agüero Estrada y Ubaldo Arteaga Piña. Disponible en este sitio web: https://bit.ly/4aRfz4Y
Y. J. Hall
12 meses@María Antonia: ...Por tanto, vamos a empezar una guerra civil entre criollos y peninsulares donde morirán decenas de miles de "hermanos" para quitarle la isla de Cuba a España y entregársela a los Estados Unidos. Y por eso firmamos este manifiesto el 4 de julio.
María Antonia Borroto
12 meses@Y. J. Hall: ¿Dónde dice eso el documento?
Y. J. Hall
12 meses@María Antonia: ¿Ah, tú no sabes que eso es lo que pasó, y que Joaquín de Agüero era anexionista, y que el 4 de julio es el día de la independencia de los Estados Unidos?
María Antonia Borroto
12 meses@Y. J. Hall: Fuentes, por favor, que aseveran esas afirmaciones. Y sí, el 4 de julio es el día de la independencia de Estados Unidos. ¿Y?
Y. J. Hall
12 meses@María Antonia: ¿Cuál afirmación? ¿No te das cuenta de que estoy siendo sarcástico? Agüero sí era anexionista, por tanto luchaba por anexar Cuba a Estados Unidos. ¿De qué forma crees que se podía lograr eso si no con mucha sangre? ¿Cómo que "¿Y?" con lo de la fecha de independencia de EEUU? ¿Crees que es casualidad? ¡No lo es! Es el símbolo de lo que se quería lograr.
María Antonia Borroto
12 meses@Y. J. Hall: Claro que noto que estás siendo sarcástico. Y te estoy reclamando pruebas de tus afirmaciones. No aparece en ninguna parte del documento la mención de Estados Unidos. Eso me deja pensando... ¿Puede asegurarse que el fin último era la anexión a Estados Unidos? Y suponiendo que fuera una de las posibilidades, ¿bajo qué circunstancias? ¿Qué habían previsto al respecto? Y la elección de la fecha pudo deberse a la simpatía por los Estados Unidos, no necesariamente al deseo explícito de anexión. Retomo lo que dijo Roig en 1951. El le llama confusionismo entre diversas posiciones respecto a cuál podría ser el destino de Cuba. Facts are sacred, comments are free.
Y. J. Hall
12 meses@María Antonia: But you don’t know what the facts are, and by citing other people (like Roig) you’re just mistaking their free opinions with facts.
María Antonia Borroto
12 meses@Y. J. Hall: Yo tengo una tesis muy personal: los historiadores de la República asumieron las contradictorias posiciones de los cubanos de entonces de una manera, digamos, comprensiva, sin anatemizar a nadie por el hecho de ser anexionista. Fue después del triunfo de la Revolución, y sobre todo después del discurso de Fidel en La Demajagua, en octubre de 1968, conocido como de los Cien Años de Lucha —donde Fidel asegura que el proceso que entonces se vivía (y vivimos aún) es continuación del iniciado el 10 de octubre de 1868— que cambiaron algunas perspectivas para el análisis. Si la lucha por la independencia se inició el 10 de octubre de 1868, ¿cómo valorar, e incluso ubicar, los intentos anteriores? Lamento no conservar los libros que utilizamos nosotros en el preuniversitario. No quiero confiar a la memoria, pero estoy casi segura (es que me parece estarlos viendo) de unos esquemas donde era muy fácil ubicar a personalidades, etapas, procesos; compararlos de acuerdo a determinados criterios... Todo muy rígido, cuadriculado, fácilmente memorizable... Es que de esos años anteriores al 68 apenas estudiamos nada, pues lo que se estudiaba era Historia de la Revolución Cubana... y ésta se había iniciado en el 68: lo demás quedaba fuera. Voy a intentar recuperar aquellos libros, en seis tomos, de un colectivo de autores liderado por Julio le Riverend que usábamos como apoyo al libro de texto oficial. Sé que puede resultarnos ilustrativo no ya de la verdad histórica, sino de las sucesivas INTERPRETACIONES (ideologizadas muchas de ellas) respecto a estos y otros acontecimientos. En otros debates aquí, en este sitio web, he mencionado y citado varios discursos de Fidel entre los años 60 y 70 apreciando la manera en que el nuevo poder construye una determinada interpretación de la historia, y una suerte de teleología: apreciar el proceso como un continuum, de etapas superiores las unas a las otras, cuya única conclusión posible sería el 1ro de enero de 1959, lo que ahora se recalca con el eslogan "Somos continuidad".
Y. J. Hall
12 meses@María Antonia: Nada de eso tiene que ver con lo que estamos hablando.
María Antonia Borroto
12 meses@Y. J. Hall: Sí tiene que ver, que tú no veas la relación, es otra cosa. Te sugiero leer también a Fernando Portuondo, quien cita, incluso, fragmentos del diario de Cirilo Villaverde. Mas seguro que dirás que son "opiniones". De todas formas, te dejo el link: https://bit.ly/4d8aR4S (Es de este propio sitio web, como verás.)
María Antonia Borroto
12 meses@Y. J. Hall: Y sí, era una lucha a muerte. Traigo a colación ahora a José Calixto Bernal y su "Vindicación. Cuestión de Cuba" (1871), documento que firmó como “un español cubano”. "Los asuntos de Cuba nos presentan un espectáculo doblemente doloroso. Los campos de aquella preciosa y desventurada Antilla son el vasto teatro de una guerra horrible y fratricida; y las armas de la palabra que también en ella se emplean para su sostenimiento y defensa, si no son tan sangrientas, son más ilícitas, y trascendentales. No se perdona medio ni recurso en esa lucha sin nombre: en lo material, la muerte y la destrucción por todas partes; en la moral, la injuria y la difamación en todos los terrenos. "Aquí (en Madrid. MAB) se combate a aquella insurrección con todas armas. Se niega a aquellos insurrectos el derecho, la justicia, la oportunidad, la gratitud, el valor, casi, casi, hasta la cualidad de hombres; se les calumnia, se les vilipendia, y se lleva la saña, o la pasión, hasta el extremo de negarles el sagrado derecho de defensa que tiene el más vil de los criminales, marcándolo en aquellos con el estigma de la traición. "Sí; aquí, en el centro de una nación, famosa por su hidalguía, no se quiere oír más voz que la que insulte y despedace a aquéllos que ayer eran nuestros amigos y hermanos, hoy nuestros enemigos, y que han sido y son nuestros hijos y lo serán mañana, y se lanza el epíteto de enemigo de la patria a todo el que se atreva a levantar, aunque sea vergonzantemente, una voz que disuene en ese coro de improperios y diatribas con que parece que se quiere ahogar el grito de la justicia y de la propia conciencia." Texto disponible en este sitio web: https://bit.ly/3vQA9QE
Y. J. Hall
12 meses@María Antonia: "Aquí en Madrid se nos combate a los cubanos con todas las armas. Se nos niega el derecho, la justicia, la oportunidad, la gratitud, el valor, y hasta la cualidad de hombres; se nos calumnia, se nos vilipendia, y se nos niega el sagrado derecho de defensa que tiene el más vil de los criminales. Y España es un país que lo esclaviza todo."... pero yo me voy a vivir a Madrid porque mi marido es de ahí. Nonmal.
María Antonia Borroto
12 meses@Y. J. Hall: A ver, voy a precisar en qué año Ana Betancourt tomó la decisión de residir en España. Inicialmente lo hizo en Estados Unidos. No tuvo hijos, o sea, su única familia era probablemente esa hermana. Posiblemente haya viajado a España en el período entre guerras o ya iniciada la guerra del 95. Al parecer la hermana también simpatizaba con la causa independentista, y tal vez hasta el esposo de ésta. No creo que eso sea lo más importante: una misma familia podía estar dividida, y hasta darse el caso de que tuviera miembros pro españoles, otros pro independencia y otros pro norteamericanos, como también muchos se movieron entre el autonomismo y el independentismo. Yo, tan harta de la intolerancia que advierto por doquier, harta también de divisiones y estigmatizaciones a la ligera, tratándose de personas de ese calibre (como lo fue al parecer Ana Betancourt) me mido mucho. Y suponiendo que sí, que haya algo reprochable en su decisión de ir a vivir a España (tomada sabe Dios bajo qué circunstancias), puestas las cosas en la balanza, pondero mucho más sus sacrificios. No hemos reparado lo suficiente en lo que significó el exilio para las cubanas vinculadas al independentismo, deportadas muchas de ellas. Ya en este sitio web hay un texto sobre Amalia Simoni en su difícil exilio. Mujeres de buena cuna, educadas, no preparadas para esos rigores tuvieron, primero, que compartir los peligros de la manigua, y luego echar pa'lante, por ellas y por los suyos, en tierras extrañas. Y muchas no dejaron de alentar y apoyar la causa. Las páginas de la Revista de Cayo Hueso contienen numerosas fotos e información sobre agrupaciones femeninas (integradas incluso por norteamericanas) que recaudaban fondos para la insurrección cubana.
María Antonia Borroto
1 añoOtro detalle: se asegura que Ana Betancourt estaba preparando su regreso a Cuba cuando la sorprendió la muerte.
Teresa Fernandez Soneira
12 mesesPara Martí la guerra no era contra España sino contra el mal Gobierno español. Recordemos que también Martí vivió exiliado en España (a la que combatía) donde estudió derecho.
Y. J. Hall
12 meses@Teresa: Una cosa es luchar contra el gobierno y otra es luchar por la independencia. El que lucha por la independencia lucha por la creación de un país nuevo, y por tanto lucha por la disminución del país del momento (España). La isla de Cuba era, además, la parte más rica de lo que quedaba del imperio en esa época, lo que aumentaba el daño que la independencia causaba a la metrópolis. Los mambises luchaban contra España, y fue precisamente la guerra de Cuba la que causó el desastre del 98, al intervenir Estados Unidos en el asunto. El caso de Martí me parece diferente porque él fue "deportado" a la península en 1871 con sólo 17 años.
María Antonia Borroto
12 meses@Y. J. Hall: Ésta es una interpretación personal: si una entidad lucha por su independencia respecto a algo, es lógico que ese algo se vea afectado. Su extensión territorial, por ejemplo, no va a ser la misma una vez concluido el proceso. "El desastre del 98" es muy complejo, y habría que tener en cuenta la propia tozudez española, la tardía concesión del estatus autonómico (1897). Copio el artículo de Wikipedia sobre la Carta Autonómica de Cuba. Creo que ese es un momento de la historia de Cuba que, al menos en la isla, no ha sido debidamente sopesado. La Carta Autonómica de Cuba (1897) fue, junto con la Carta Autonómica de Puerto Rico (1897), el primer Estatuto de Autonomía concedido en España a uno de sus territorios ultramarinos, concretamente a la Capitanía General de la Siempre Fiel Isla de Cuba. Autorizaba la formación de un gobierno de carácter autonómico. Fue otorgada, siendo presidente del Consejo de Ministros el liberal Práxedes Mateo Sagasta (1897-99), mediante real decreto suscrito el 25 de noviembre de 1897 por la reina regente María Cristina de Habsburgo en nombre de su hijo, Alfonso XIII. Fue hecho público en la Gaceta de Madrid el 28 de noviembre de aquel año, y en la Gaceta de La Habana el 19 de diciembre. Su principal instigador y redactor fue el político liberal Segismundo Moret. Su promulgación vino acompañada de establecimiento el sufragio universal masculino en todas las provincias de Ultramar. La Carta constaba de 70 artículos divididos en 9 títulos, más 4 artículos adicionales y 2 transitorios. Se establecía un Parlamento Insular, dividido en una Cámara de Representantes (65 miembros electos cada 5 años; 1 por cada 25 000 habitantes) y un Consejo de Administración (18 electos por mitades cada 5 años y 17 de designación vitalicia) con competencia para regular sus presupuestos de ingresos y gastos y todos los asuntos locales de la Isla, así como potestad en materia de Gracia y Justicia, Gobernación, Hacienda y Fomento. Mientras, las Cortes y el ejecutivo españoles se reservaban los relativos a Estado, Marina y Guerra. Su representante sería un gobernador general, elegido por el rey a propuesta de las Cortes, que ejercerá en nombre de la Metrópoli la Autoridad Suprema. La facultad de legislar correspondería a las Cámaras insulares con el gobernador general. El gobierno isleño o Despacho estaría presidido por un secretario designado por el gobernador, y conformado por cinco secretarías, responsables ante el Parlamento, las de Gracia y Justicia; de Hacienda; de Instrucción Pública; de Obras Públicas y Comunicaciones; y de Agricultura, Industria y Comercio. Además, se mantendrían las diputaciones provinciales de Cuba (Pinar del Río, La Habana, Matanzas, Santa Clara, Puerto Príncipe y Santiago de Cuba) y los municipios, y la isla seguiría eligiendo 30 diputados y 16 senadores en las Cortes Españolas. Las cartas de Cuba y Puerto Rico eran los documentos de autogobierno más avanzado de todas las colonias europeas del Caribe, superando las demandas del Partido Autonomista, pudiendo equipararse por completo a la autonomía establecida por el Reino Unido en Canadá en 1867. El régimen autonómico entró en vigor el 1 de enero de 1898, jurando el nuevo gobierno insular ante el gobernador, Ramón Blanco. Su presidente era José María Gálvez Alonso, líder de los autonomistas cubanos; el abogado Antonio Govín se encargaba de Gracia y Justicia; el marqués de Montoro, Rafael Montoro, de Hacienda; el doctor Patricio Zayas, de Instrucción Pública; el doctor Eduardo Dolz, de Obras Públicas y Comunicaciones; y el comerciante Laureano Rodríguez, de Agricultura, Comercio e Industria. La autonomía cubana provocó un amplio debate en la prensa española, siendo celebrada por los liberales progubernamentales y aceptada por los conservadores, si favorecía el fin de la violencia en la isla. En la isla fue recibido con hostilidad tanto por los independentistas como por los más intransigentes, que añoraban el gobierno de Valeriano Weyler, cuyas algaradas fueron manipuladas por la prensa amarilla estadounidense para menospreciar el nuevo régimen autonómico. Dos meses después del turbio incidente del hundimiento del USS Maine (15 de febrero), entre el 24 y el 28 de abril de 1898 tuvieron lugar los comicios para constituir el Parlamento Insular, ganados por el autonomismo moderado, con un 80 % de los votos, y una participación del 48 % del censo. Sin embargo, la Guerra hispano-estadounidense impidió el pleno desarrollo del autogobierno. El 3 de agosto se suspendieron las cámaras insulares, disueltas definitivamente el 28 de octubre. Por el Tratado de París del 10 de diciembre de 1898, el gobierno de España renunció a su soberanía sobre Cuba, sin que las instituciones isleñas fueran consultadas. Lo que dio paso a su ocupación por los Estados Unidos hasta 1902. (Hasta aquí Wikipedia.) En este propio sitio web los interesados pueden leer discursos de Rafael Montoro,
Y. J. Hall
12 meses@María Antonia: El desastre del 98 no es nada complejo. Los Estados Unidos le declaró la guerra a España, que aceptó el duelo por honor pues sabía que perdería. Estados Unidos barrió con la flota española en poco tiempo y España perdió todas sus tierras de ultramar (Cuba, PR y las Filipinas). Ya. (Si Estados Unidos no se hubiera metido, posiblemente Cuba fuera hoy otra comunidad autónoma de España.)
María Antonia Borroto
12 meses@Y. J. Hall: Cuando hablo de la complejidad me refiero a todo el entramado político del momento. Incluso a la satanización del propio estatus autonómico, rechazado por muchos cubanos. No estoy muy segura de que Cuba, sin la intervención norteamericana, hubiera seguido siendo un territorio autonómico. Hay una conversación, creo de la reina regente y Sagasta, en la que ésta le dice "Dicen que Cuba se perderá", a lo que él respondió suspirando: "Más perdida de lo que está ya". Sería interesante repasar nuevamente lo que ya fue publicado en este sitio web sobre la visita de la infanta María Eulalia. Tanto en el texto de Dulce María Loynaz como en las numerosas notas que lo acompañan, en forma de comentarios al pie, hay mucha información sobre el ambiente de la época, información tomada de fuentes primarias (como son casi todas las de El Camagüey).
Y. J. Hall
12 mesesY no olvidemos que muchos de los líderes de la independencia querían anexar Cuba a Estados Unidos, o coqueteaban seriamente con la idea. (Céspedes uno de ellos.)
María Antonia Borroto
12 meses@Y. J. Hall: Al respecto cito a Emilio Roig de Leuchsenring: Estos iniciales movimientos revolucionarios cubanos nos ofrecen un cuadro de agudo confusionismo ideológico, tanto en lo que se refiere al futuro político de la Isla, una vez emancipada de España, como a las soluciones propugnadas al problema social de la esclavitud: libertad absoluta, o anexión, como Estado, a Norteamérica, aunque, eso sí, nunca como colonia de ella; abolición total de la esclavitud o mantenimiento de la misma, o supresión de la trata y abolición gradual de aquélla mediante indemnización; anexionismo, como consecuencia del esclavismo; abolicionismo, como secuela de la plena libertad política. Esta lucha de ideologías sobre tan fundamentales problemas no puede extrañar al que se adentre en la historia de nuestros grandes movimientos políticos durante la colonia, porque es el resultado de la posición y la actitud sociales y económicas de los cubanos que fraguaron y desarrollaron esos movimientos revolucionarios sin la participación del pueblo. Y ese conflicto apunta aún en los días iniciales de la Guerra Libertadora de los Treinta Años. Emilio Roig: "Narciso López y sus compañeros de Playitas” (1951), disponible en este sitio web: https://bit.ly/3VVrJ8z Por eso he sido muy cautelosa en este intercambio, y he hablado de independencia respecto a España.