Un curioso texto publicado por Nicolás Guillén en 1959 e incluido, casi tal cual, en su libro El diario que a diario.
Existe la malhadada creencia de que se es más revolucionario, más radical cuando con mayor rudeza nos presentamos.
Música buena, libros buenos, pintura buena, sin olvidar que ello es consecuencia de un largo proceso universal, del que tomamo...