Camagüey, junio 26 de 1895

Sres. Benjamín J. Guerra y Gonzalo de Quesada
Mis queridos amigos:

Todo ha sido providencial. El 5 de este mes salí del pueblo de Camagüey con un número de jóvenes decididos, que estaban dispuestos a compartir con nosotros los rigores de la guerra. La noticia nefasta que propalaron por todos los conductos y medios imaginables nuestros enemigos, de la muerte del insigne general Gómez, no nos desalentó, pues mucha era nuestra abnegación y fortaleza de ánimo. El mismo día 5 pasaba Gómez el río Jobabo, límite del Camagüey y Bayamo. Pronto se trasmitió la noticia, a que no dimos crédito. Nuestro pequeño ejército aumentaba paulatinamente y se dirigía donde el general. Al fin nos reunimos más pronto lo que esperábamos, teniendo el gusto de abrazarnos en Jobabo. De allí fuimos de triunfo en triunfo; nuestro ejército se aumentó consiguiendo armas y parque, al grado que todos nuestros hombres, unos quinientos ya en campamento, están armados y pertrechados, y pronto tendremos ochocientos, el mayor número que jamás alcanzáramos. Si humanitario y benigno se muestra Martínez Campos, no menos hemos sido nosotros, como habrán visto por la descripción de los movimientos desde que Gómez está entre nosotros y que hemos mandado por conducto seguro.

Ahora falta que allá cumplan con su deber y no se olviden de nosotros y nos envíen lo que necesitamos.

Recuerdos y prosperidad a todos y reciban un estrecho abrazo que les remite desde Cuba libre su invariable,

S. Cisneros

Nota de la revista Lis: Reproducimos en el noveno aniversario de la muerte del férvido revolucionario, la carta en que el ilustre cubano comunicaba a los patriotas Guerra y Quesada, haber iniciado nuevamente, en el Camagüey, la lucha por la libertad de la Isla.

Como puede observarse, palpita en el documento el inmenso amor a Cuba que durante su larga y fecunda existencia, informó todos los actos del gran demócrata.

Portada de la revista Lis donde fue publicada esta carta. 

Tomado de Lis. Revista decenal. Año I, Núm.6, Camagüey, 28 de febrero de 1923, p.1