La conga matonga / sube su clamor / ronda que rondando / ¡ronca en el tambor!
No oscurece su gloria sombra alguna; / no armó su mano la ambición bastarda / ni el odio miserable al adversario, / sino el a...
¡María! ¡dulce María! / ¡Madre del amor bello! / ¡Fuente de poesía!
The pray for us, Mother of Jesus, / Caridad, Merced, / Queen of Cobre and of the three towers / That watch over Camagüey: / Th...
Una serena tarde, cuando la primavera / esmaltaba de rosas y nardos la pradera, / y el céfiro besaba los naranjos en flor... /...
Tu ron viril me baña. / Y tu música me acerca una llama / para mirarme arder en poesía.
¿Qué es la humana existencia?
No envidiemos la vida prolongada...
Qué escriba! ¿Para qué? Si la poesía / no puede aprisionarse en los renglones / ni con frases jamás se lograría / del sueño tr...
Compróse un hombre en el estanco un puro...
¿Cómo te llamas, noche de esta noche?
...no quiero ya laureles: al poeta / le basta su corona de tristeza.
Hoy adorna nuestra revista el retrato de la bella e inteligente hija del general Enrique Loynaz del Castillo. Sólo cuenta 16 a...
Soneto publicado por Dulce María Loynaz en la Revista de la Asociación Femenina de Camagüey en 1921.
Los que luego serían conocidos como los “Diez sonetos a Cristo” fueron publicados en 1921 en la Revista de la Asociación Femen...
Alta soledad, / por la tarde va.
Bien que el dolor tú disipes / bajo dos sorbos de ron, / pero que en ellos, oh negro! / no se embriague tu ambición...
He respirado a Granada: / en luz —toda voz de olores—: / tierra fragante de adentro / de lejos, hondo, florece.
El beso, el blando roce del plumón de un ave.
De “Presencia negra”, poemario editado en Camagüey en 1949.
¡Miradla, a España, rota!
¿Y si acaso esta tarde / —Mientras la melodía secreta del invierno / Transcurre como el río de los siglos, / Y el crujir de tu...
Madre augusta de María...
¡Esclavo! ¡Esclavo! Cuando duerma todo / el mar, la tierra, el cielo, el bosque, el llano, / iré a la puerta de tu cárcel neg...