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El Mayor, errores históricos

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El Mayor, errores históricos

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Cada quien tiene a su héroe, a su Agramonte, a su Maceo, a su Céspedes, por eso es tan difícil encarnarlos. Toda obra humana es perfectible y en el caso del cine es inevitable el caballete de la crítica. La obra del desaparecido Rigoberto López se sitúa como la más cara de todas, aunque El Mayor en comparación con Inocencia (realizada con menos recursos), no logró emocionar y crear la empatía necesaria. Desde antes ya sabía de cosas incómodas que vería en la cinta.

Me gustaron las interpretaciones de Daniel Romero y Claudia Tomás; su varilla estaba muy alta y más allá de insuperables expectativas considero que lo hicieron bien. Vale destacar la fotografía, las locaciones, logradas escenas de combates (muy bien Mina de Juan Rodríguez), pero cojea mucho el guion, tal vez lastrado por un velo teatral y muy posado en diálogos y escenas. Hay más para un docudrama que para un filme que con tantos recursos mereció mayor perfección en demasiados detalles salvables.

Lo primero es que contrario a todo criterio de historiadores y especialistas a trancas y a barrancas, la obcecación llevó a usar sin basamento el pañuelo ensangrentado de Joaquín de Agüero en manos del niño Agramonte. En realidad, esa fue una leyenda tejida sobre la base y los deseos de los camagüeyanos de que El Mayor fuera el heredero y sucesor del adalid independentista (acusado también de anexionista) fusilado en 1851. Es el adelanto de muchas pifias.

¡Ah! Positivo y correcto el cuello de El Mayor, su grado en la guerra Grande era con dos estrellas, no tres como en la del 95 (error común en ilustraciones y estatuas). Pasemos a los gazapos.

  • 1- Al tercer minuto del filme aparecen mujeres cortándose el cabello, y sí, toda que se considerara cubana lo hizo (por eso las españolas las apodaron “pelonas”) en protesta por la muerte de Agüero, pero veamos, si las que se cortaron el pelo eran criollas pro independentistas, ¿qué hacían en el fusilamiento? ¿Acaso cada presente en el macabro acto no asistió para apoyar tal sentencia? Si eran criollas pelonas no tenían nada que hacer allí ¡Es incongruente! ¿Por qué el negro de la viudez y el luto antes de tiempo? Ese agosto de 1851 las familias se retiraron al campo en rechazo a la sentencia, por tanto, es imposible un niño llegara a la Sabana de Méndez y mucho menos lograra hacerse de una tela ensangrentada. Es el primer gran traspié, garrafal, pues demasiado público lo creerá a pies juntillas. ¿Que es una licencia dramatúrgica? Por favor, sin renunciar al elemento, se podía apelar a lo onírico.

  • 2- Minuto 9. El duelo con el oficial español ocurrió (de hecho, hubo otros), si bien la afrenta a Aurelia Castillo fue mayor: le quitaron la silla. Permitida la adaptación, aunque ¿por qué no contar la historia al 100%?

  • 3- Minuto 15. Logia Tínima 16. Pudo vérsele el mandil a Salvador Cisneros (interpretado por Ulik Anello), pero no al resto, amén de aparecer fumando. A pesar de celebrarse una sesión clandestina el posicionamiento de los masones es incorrecto, no se ajusta a cánones de la fraternidad. ¿Sería para proteger los secretos de la liturgia? De igual modo pudieron colocarse de mejor manera los asistentes según jerarquías y perfeccionar el ambiente. Por cierto, sin reclamos para Anello, pero el tratamiento a Cisneros lo hace pedante, soberbio, antipático, como resultado del fin de sus diálogos anticespedistas (solo se explotó esta faceta).

  • 4- Minuto 22. En el alzamiento de Las Clavellinas los convocados cerca del Saramaguacán no procedían de capas humildes: 72 de 76 eran de la logia Tínima 16, apellidos de abolengo y en el filme hay en ese momento mambises negros y de sencillas ropas.

  • 5- Minuto 29. Un jinete español, de la creciente de Valmaseda, tiene la escarapela incorrecta (con centro verde, de cazador), mientras el cuello y bocamanga es de artillería.

  • 6- Minuto 34 ¡Agramonte no recibió a la expedición Galvanic de Manuel de Quesada! Se pueden tener licencias artísticas, pero semejante error NO hacía falta en la trama.

  • 7- Minuto 35. Bien por la escena de los chinos, pero en realidad Agramonte fue más enérgico, convincente y retórico con su oficial. Aceptada la adaptación.

  • 8- Siguió muy séptica y homogénea la composición de la indumentaria mambisa. En lugar del fatal blanco, el sepia aligeró, pero pudo ser más variopinta y desarrapada la facha, para acercarnos más a la realidad, pues no hay patriotas semidesnudos, con trajes o uniformes ocupados… parece un contingente de la EJT.

  • 9- Minuto 37. Se explota bastante la dicotomía y contradicciones Céspedes-Agramonte. La mayoría de los textos de sus polémicas fueron parte más de epístolas que de conversaciones presenciales. La entrevista a orillas del Cauto es invención (minuto 47), igual que el duelo (1:14) fue por carta, y la cabalgata bajo la lluvia (1:27) es un giro artístico, comprensible en la necesidad de resumir y dotar de dramaturgia al filme.

  • 10- Minuto 49. La intervención de Ana Betancourt no ocurrió de esa manera, en público, sino que mediante carta entregada a Agramonte se leyó en la Asamblea de Guáimaro. De hecho, hay otra escena de la Asamblea donde aparecen mujeres de pueblo en la sala (minuto 53), y se repite Ana (minutos 54 y 55) hasta dando candela.

  • 11- Min 59. Los grados de Bembeta son un dilema ¿Por qué en las hombreras? Es impropio del Ejército Libertador, sus galones debieron estar en la fajina (oficiales intermedios), algo que se repite en la reunión del Horcón de Najasa (1:09) con él y Cornelio Porro (Rolando Méndez). Tal vez al venir con de Quesada llevaran grados a la usanza mexicana, pero no estoy seguro…

  • 12-1:36 El rescate de Sanguily tiene imperfecciones. Se supone que los españoles descansaban cerca de un pozo, en Consuegra, por tanto el ataque de los jinetes fue sorpresivo ¡Cómo van a tocar la corneta los mambises? A pesar de los textos de Manuel de la Cruz y otros protagonistas no parece que hubiera un toque antes de la carga (lo hubo antes, con toque español para despistar). En la diapositiva el corneta tiene un instrumento agarrado de manera incorrecta. En el filme hay demasiados negros en la tropa y no es exacto (aunque perfecto lo del muerto por un balazo, así es narrado), pero no estuvo un oficial chino (chamarra azul). Casi todos eran oficiales, emparentados, por tanto, no se ve en el filme trajes de gala. El ataque no fue a tan larga distancia ni en un espacio tan abierto. El sargento Mont no le dispara a Sanguily, lo hacen los mismos cubanos (eso se ve, pero lo hieren en una mano) y Agramonte no mata a Mont, ni monta en la grupa al brigadier, lo hizo el capitán Arango con Díaz de escolta. Claro es más bonito darle más realce al protagonista, una licencia que no aporta demasiado (sí confusión al que tome el filme como referente).

  • 13- En toda la película se aprecia un gran error: ¡los soldados españoles no tenían barbas! Solo podían darse ese lujo los oficiales, pero los soldados debían afeitarse dentro de los cuarteles y si salían de operaciones es posible que al dejar de afeitarse durante siete días (el máximo de campaña fuera de las ciudades fortificadas), les creciera la barba, pero no tanto como aparece en la película.

  • 14- En el combate de San Ramón de Pacheco contra El Tigre Setién (Erdwin Fernández, editada la introducción y diálogo que daba entrada a la escena del porqué del combate), Eduardo Agramonte (Enrique Bueno, sin parecido exacto, pero aceptado) no participa y mucho menos muere. Este personaje es tomado en el filme como un Robin al lado de Batman, pero no estuvo bajo el mando de su primo Ignacio, sino en la brigada sur. NO combatieron juntos, mucho menos se pudo hacer un funeral (se desconoce el lugar de su enterramiento en la Sierra del Chorrillo).

  • 15- 1:07 Bien el combate de Mina de Juan Rodríguez, bien la visualización del mulato dominicano-español Puello (Karel Amores), pero al teniente coronel Sabas Marín (José Ignacio León) le falta la presilla de la escarapela en el sombrero, algo propio de su rango.

  • 16- 1:45 Bastante bien el Cocal del Olimpo, salvo que hubo cabezas picadas y brazos cercenados. Jorge López, en el papel de Leonardo Abril, ya había aparecido en Bonilla (mal eso). El personaje fue muerto, pero no por Agramonte. En la película casi siempre el jefe es el verdugo de sus oponentes, en pos de la épica.

  • 17- 1:48 Incorrecto el combate de Jimaguayú. Es una lástima por lo logrado de la fotografía de sus escenas de caballería. ¡Henry Reeve no pudo actuar con su caballería! ¡Coño, si hubiera pasado así no matan a El Mayor! No hubo enfrentamiento con la caballería, en eso fue cauto el jefe hispano Rodríguez León. Los caballos de Reeves estaban emboscados, descubiertos y cañoneados por un Krupp, obligando a un combate de fusilería, lo mismo que hacía la infantería de Las Villas contra el comandante Ceballos. En el intento por cruzar el potrero (Ignacio llevaba el sombrero), pero… ¡En la película el máuser que le dispara no tiene ni órgano de puntería, es un tubo! Tampoco cae con él Jacobo Díaz de Villegas, quien lo hace unos 50 metros detrás y de otra manera, pues llevaba ropa española y fue rematado en una fosa.

  • 18- Por último, renunciar a explotar lo que la quema incompleta del cadáver de El Mayor ha sido desaprovechar lo que parecía más dramático para el espectador.
Rigoberto López durante el proceso de filmación.
Encicolpedia Digital del Audiovisual Cubano.
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Comentarios
Leopoldo Vázquez
3 años

El esfuerzo es grande y el resultado pienso que aceptable aunque con pifias,tambien faltaron grandes momentos que seguramente era impensable que los permitieran mencionar ni lejanamente.Por lo demas felicitar el esfuerzo y le doy un 7 sobre 10.

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Rolando Emilio Chavez Miranda
3 años

Un análisis y crítica en profundidad. Parece bo fueron bien asesorados en muchos aspectos.No he visto el filme pero prometo verlo por la memoria y Gloria del Bayardo.

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Y. J. Hall
3 años

De lo peor de la película, para mí, es la típica caracterización caricaturesca de los soldados españoles. En ese sentido, la película es como ver a Elpidio Valdés con “actores” de carne y hueso. Una verdadera lástima, dado el esfuerzo tan enorme que hay que hacer en Cuba para producir una obra como ésa.

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Dagmar Rivera Carr
3 años

Muy acertados los detalles por Pimentel. Es una lástima que el filme no se ciñera más a la historia. Aunque al fin se le hizo reverencia fílmica a El Mayor, patriota más que probado y uno de los llamados paradigmas, sobre todo para la juventud, que tanto lo necesita.

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María Antonia Borroto
3 años

Agradezco este acercamiento desde esta perspectiva a un filme sin dudas muy polémico. A mí, en lo personal, me disgustó mucho el guion: no hay engarce suficiente entre las diversas partes, por así decir, de la historia narrada. Uno siente algo así como una recopilación de anécdotas no debidamente hilvanadas en una historia que logre emocionar. Tengo mis reservas con la selección de actores, aun así Rafael Lahera resulta muy convicente con su interpretación de Carlos Manuel de Céspedes, y Enrique Bueno me resulta acertado como Eduardo Agramonte, amén del poco parecido físico. El duelo verbal entre Céspedes y Agramonte me pareció un recurso dramatúrgico muy bien logrado, que permite resolver en términos cinematográficos las polémicas sostenidas por ambos en cartas. Las escenas de combates son para mí, a pesar de sus inexactitudes históricas (muy bien descritas por Pimentel) de lo mejor del filme. La he visto dos veces en salas de cine, la primera en el Circuito para la Exhibición y Promoción de Nuevos Medios (CEDINM, antiguo cine Encanto) y la segunda, en la planta alta del Casablanca. Puedo decir de la primera vez que el impacto, amén de las varias cosas que me disgustaron, fue fuerte.

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Y. J. Hall
3 años

¿Cómo te van a gustar las escenas de combates si a los españoles los pintan como si fueran bobos y a los mambises como viriles y valientes gallardos, precisamente los mismos mambises que perdieron esa guerra? Eso es indignante, por lo pueril. Elpidio valdés por lo menos es cómico y tiene el objetivo de satirizar, pero en una película que intenta ser seria, esa infantilonería es una pena.

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María Antonia Borroto
3 años

@Y. J. Hall Pues la fotografía y la edición me parecen logradas en esas escenas. Tal vez pasa en este filme algo parecido a lo ocurrido con Kangamba (aunque Kangamba es peor película): ciertas zonas o especialidades resultan mejor logradas.

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María Antonia Borroto
3 años

@Y. J. Hall Para mí, insisto, el problema mayor es el guion: no llega a articularse como una obra de ficción y a ratos se acerca al docudrama. Y tiene muchas pifias históricas, lo que a su vez le resta valor referencial... Para mí ese es el kid del asunto.

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Romel Hijarrubia Zell
3 años

@Y. J. Hall ¡Hombre! Tiene todo el derecho del mundo a gustarle a pesar de los errores ciertos que señalan los lectores. Lo importante es que se hace "algo" después de muchas décadas de silencio sobre nuestros mayores, los que lograron la independencia de España. Recuerdo las primeras en los años 60, después ¡silencio! R.

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Javier Vázquez
3 años

Gracias por este análisis tan serio.

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El Camagüey
3 años

Compartimos las opiniones de Denia García Ronda al pie del link de este texto compartido en Facebook en el perfil personal de María Antonia Borroto: "Agramonte es uno de los personajes históricos más cercanos al imaginario del cubano que no ve en él solo al guerrero y estratega, sino al joven enamorado, al intelectual, al hombre de honor, con grandes sentimientos hacia los demás, etc. Creo que en está película no se logró el equilibrio entre todas esas características, por lo que tampoco se logró la emoción que tal personalidad y sus hechos pudieran haber provocado en el filme".

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Elinor Pérez
3 años

Esperaba con mucho interés la película y efectivamente saltan a la vista algunos errores, aunque es de agradecer el pálido intento de enaltecer a uno de los más importantes patriotas cubanos. A mi juicio era imprescindible que el asesor histórico, pieza clave en este caso, hubiera trabajado directamente con los investigadores de la Oficina del Historiador de Camagüey en la propia ciudad, una búsqueda profunda que incluyera la visita a lugares relacionados con la vida de Ignacio Agramonte.

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María Antonia Borroto
3 años

@Elinor Pérez Tengo entendido que el guion fue revisado por historiadores camagüeyanos, quienes hicieron un número considerable de sugerencias, desestimadas muchas por los realizadores.

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Mirlandia Valdés Florat
3 años

Lo siento mucho, pero las escenas íntimas también denotan un estudio insuficiente del carácter de ese tipo de relaciones en la época. Parece qie estamos viendo a una pareja actual. Gracias por todo el análisis especializado que se hace en la publicación.

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María Antonia Borroto
3 años

@Mirlandia Valdés Florat ¡Plenamente de acuerdo! A muchas personas les han molestado los desnudos, y no es eso en sí lo que debe molestarnos (me parece) sino la falta de verosimilitud de esas escenas. En este filme falla la concepción general de la obra y la comprensión profunda de la época: estamos frente a una sucesión de episodios. Creo que ahí está la génesis de la mayor parte de los descalabros.

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María Antonia Borroto
3 años

Me parece muy sintomático que en un breve período de tiempo hayan aparecido obras referidas a episodios o personalidades de nuestra historia: "Inocencia", de Alejandro Gil; "Buscando a Casal", de Jorge Luis Sánchez, ésta que nos ocupa... Y en el teatro, "Hierro", puesta de Carlos Celdrán y Argos Teatro, que explora episodios de la vida íntima de Martí y que lamentablemente no he visto. Y tengo entendido que Jorge Luis Sánchez prepara una película sobre Martí. Me llaman la atención tanto el deseo de los realizadores por revisitar nuestro pasado como la apuesta institucional por el cine histórico, bien sea con un sentido muy referencial ("Inocencia") o bien como una recreación bastante libre, centrada más bien en la creación de ambientes y con un sentido casi onírico ("Buscando a Casal"). Me consta que "Buscando a Casal" es un proyecto de años, por eso mismo me resulta aún más curioso que haya logrado concretarse en el 2019. Salvo con "Inocencia", el ciclo podríamos decir natural de estos filmes se vio interrumpido por la pandemia: la première de "Buscando a Casal" fue apenas quince días antes del inicio de la Covid en Cuba, y se vio en televisión antes que en los cines. Y de "El Mayor" tuvimos los camagüeyanos una proyección especial en diciembre del 2020, y volvió a nuestras carteleras un año después. Los camagüeyanos hemos sido privilegiados: Alejandro Gil (el director de cine, no el Ministro de Economía) presentó y debatió su filme en Nuevo Mundo. Y "El Mayor" se filmó aquí: muchos de los alumnos y graduados de la filial del ISA, por ejemplo, asumieron diversas tareas, y algunos fuimos instados a ser figurantes, algunos aceptaron, otros nos negamos... De las repercusiones de la película en la vida diaria de los camagüeyanos mientras duró el rodaje habría que hablar algún día: fue un verdadero suceso que trastocó nuestra rutina. Eso también forma parte de nuestra historia cultural y, amén del tema, de que se trata de una obra sobre Agramonte, explica también las expectativas respecto al filme.

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Abdel Martínez Castro
3 años

@María Antonia Borroto Nosotros estuvimos de polizones en el rodaje de la escena del baile. Impresionante la parafernalia, uno acostumbrado a los bajos presupuestos.

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María Antonia Borroto
3 años

@Abdel Martínez Castro Cuenta más, por favor, estoy segura de que los lectores lo agradecerán.

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Delio G. Orozco González
3 años

@María Antonia Borroto Estimada colega, el asunto radica, estimo yo, en que vemos el mundo como somos, no como es. Un saludo fraterno.

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María Antonia Borroto
3 años

@Delio G. Orozco González Plenamente de acuerdo. Bienvenido a El Camagüey.

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María Antonia Borroto
3 años

Buscar las conexiones entre el cine histórico y el propio contexto sería muy bueno y ampliaría este debate. Recuerdo que en un Taller Nacional de la Crítica Cinematográfica se trató el asunto, sobre todo en lo referido a filmes emblemáticos: "Las aventuras de Juan Quinquín", de Julio García Espinosa; "La primera carga al machete", de Manuel Octavio Gómez, y "Lucía", de Humberto Solás, filmados todos entre 1968 y 1969. No puedo menos que asociarlas (y así lo dije esa vez, en que fui invitada a un panel) al discurso de Fidel Castro en La Demajagua, al conmemorarse el centenario del alzamiento cespedista, donde expone la tesis de los cien años de lucha: la lucha por la independencia como un mismo proceso, con etapas sucesivas y cualitativamente superiores las unas respecto a las otras, del que el triunfo de la revolución en 1959 sería el momento culminante y realización de los esfuerzos previos: teleología que explicaba y daba sentido a la historia colonial y republicana. Y así estudiamos la historia de Cuba al menos en el preuniversitario: recuerdo unas tablas enormes en las que debíamos comparar la guerra de los diez años, la del 95, la Revolución del 30 y la lucha insurreccional de los años 50 según varios ítems, uno de ellos era la búsqueda de la unidad, suerte de obsesión en todas las comparaciones. Otro: las fuerzas motrices y la subordinación (o no) a una fuerza política unitaria. Todo se simplificaba para que cupiera en aquel cuadro, fácilmente memorizable. Y, por supuesto, Joaquín de Agüero quedaba fuera, condenado a una especie de protohistoria o protoindependentismo, algo bien nebuloso y sospechoso... La glorificación de Bayamo como cuna de la nacionalidad cubana debe haberse producido en esos mismos años. He visto que en los años 50 Rosa Hilda Zell se refiere a Camagüey como la Ciudad Prócer, ¿en qué momento perdimos ese calificativo? ¿Sería entonces? ¿Incomodaba Camagüey, la preocupación democrática de Agramonte y sus pugnas con Céspedes, al cuadro general que se pretendía trazar de la historia de Cuba, a los intentos de justificar en términos históricos lo vivido tras el 59? Puede parecer que me alejo del tema, pero no: en el debate que estamos teniendo y en el debate mismo con la película, subyacen nuestra reacción a esa manera chata y simplificadora de contar la historia (expresada por la película misma); subyacen, en fin, nuestros deseos, en tanto sujetos críticos, de que no se nos pase gato por liebre. Haciendo una búsqueda rapidita me topo en un texto de Antonio Álvarez Pitaluga y comparto algunas de sus ideas respecto al cine histórico de finales de los sesenta: "Con el fracaso de la zafra azucarera de los Diez Millones (1969-1970) se inició el despertar sociopolítico de la década del 70. La experimentación, como norma permanente de la búsqueda de un modelo de socialismo cubano de la década anterior, se vio asediada por una nueva coyuntura histórica que la comenzaría a relegar rápidamente en nombre de una severa reafirmación ideológica. El camino escogido no fue del todo feliz ya que la confirmación deseada no permitía la otrora búsqueda experimental. Los códigos estéticos en el cine fueron inducidos a privilegiar en determinadas circunstancias una rígida legitimación más que la subversión creadora. Una introspección en el periodo colonial del país (1510-1898) fue el camino tomado mayormente por el cine cubano de entonces para expresar y reafirmar desde el pasado la realidad del presente social, que se proyectaría en el decurso de esos diez años" (https://bit.ly/3gKeeTn) Por cierto, no olvidemos que Elpidio Valdés, aunque muy divertido con una raquítica visión de lo español, que como muy bien afirma @Y.J.Hall subyace en "El Mayor", nació en 1970, y los primeros cortometrajes son de 1974. Nosotros nacimos con él, y con esa manera de contar la historia. Mas todo no es en blanco y negro: los setenta vieron nacer obras muy valiosas, asunto que en Camagüey, afortunadamente, ha sido visibilizado gracias a los talleres nacionales de crítica cinematográfica.

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Javier Vázquez
3 años

@María Antonia Borroto Siguiendo a Pitaluga, ¿podría afirmarse que la crisis económica actual ha motivado estas decisiones del ICAIC?

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María Antonia Borroto
3 años

@Javier Vázquez Habría que verlo en un contexto mucho más amplio y que incluya otras variables. Esas obras, financiadas algunas por el MINFAR, sostienen la tesis de los cien años de lucha expuesta por Fidel Castro en su discurso en La Demajagua en 1968. Veamos la continuidad, valga la redundancia, entre las ideas esenciales de ese discurso y el "Somos continuidad" de hoy en día: "¿Qué significa para nuestro pueblo el 10 de Octubre de 1868? ¿Qué significa para los revolucionarios de nuestra patria esta gloriosa fecha? Significa sencillamente el comienzo de cien años de lucha, el comienzo de la revolución en Cuba, porque en Cuba solo ha habido una revolución: la que comenzó Carlos Manuel de Céspedes el 10 de Octubre de 1868 (APLAUSOS). Y que nuestro pueblo lleva adelante en estos instantes. "Y nosotros debemos saber, como revolucionarios, que cuando decimos de nuestro deber de defender esta tierra, de defender esta patria, de defender esta Revolución, hemos de pensar que no estamos defendiendo la obra de 10 años, hemos de pensar que no estamos defendiendo la revolución de una generación: ¡Hemos de pensar que estamos defendiendo la obra de cien años! (APLAUSOS.) ¡Hemos de pensar que no estamos defendiendo aquello por lo cual cayeron miles de nuestros compañeros, sino aquello por lo cual cayeron cientos de miles de cubanos a lo largo de cien años! (APLAUSOS.) "Conmemoramos este aniversario, este centenario, estos cien años, no en beatífica paz, sino en medio de la lucha, de amenazas y de peligros. Pero nunca como hoy hemos estado conscientes, nunca como hoy para nosotros las cosas han sido tan claras." Las clases de Historia en onceno grado estaban centradas en fundamentar esas ideas (como ya dije), las que también subyacen en el discurso pronunciado casi cinco años después, precisamente en Camagüey, en la velada conmemorativa por el centenario de la caída de El Mayor, cuando se estrenó la célebre canción de Silvio Rodríguez, compuesta para ese momento y encargada por Giraldo Mazola Collazo, primer presidente del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP), quien intervino en la organización del acto.

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María Antonia Borroto
3 años

@Javier Vázquez ¡Al fin encontré una frase que aprendí de memoria en las clases de Historia en el pre! No recordaba en que momento la había dicho Fidel Castro. Resulta que fue en el 65 y en el acto para recordar a los mártires del 13 de marzo: "¡Nosotros entonces habríamos sido como ellos, ellos hoy habrían sido como nosotros!" Y va a seguidas del momento en que dice que Martí no podía haber sido marxista, ¿previniendo reproches a la tradición no marxista?

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Leonardo Ronquillo Hung
3 años

Coincido totalmente con el autor de este texto..tuve la oportunidad de ser invitado a la premier q se realizó en Chaplin y salí desilusionado de la sala...para mi un filme muy desaprovechado...

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Abdel Martínez Castro
3 años

Me tomo el atrevimiento de dejar aquí algunas reflexiones a pesar de no haber visto aún la película. El análisis histórico del artículo me parece muy interesante y minucioso, así como los comentarios. A juzgar por la información obtenida así, tal parece que el error fundamental del guion fue no saberse deslindar entre el drama y la historia. Si hubiera elegido el drama, considero casi imposible construir un guion con tantos hechos históricos, sin que se resienta la narración. Se debió, quizás, seleccionar un capítulo de la historia del Mayor que se pudiera ajustar a una estructura narrativa en tres actos con un clímax claro, con móviles dramáticos para el avance de la acción, hacer búsquedas en lo psicólogico, en lo humano, del personaje y en ese caso podrían perdonarse un grupo de errores históricos, en bien de la efectividad dramática. Tendríamos así una película de FICCIÓN, BASADA EN HECHOS REALES. Si, por el contrario, el film se hubiera propuesto ser un docudrama, cualquier error histórico sería imperdonable, más aún aquellos que nos hacen creer que los hechos ocurrieron en un modo que no fue. Insisto en que, al parecer, el error fatal del guión fue quedarse a medio camino.

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María Antonia Borroto
3 años

@Abdel Martínez Castro ¡De acuerdo contigo al 150%!

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Abdel Martínez Castro
3 años

En cualquier caso, sea un docudrama o sea una película de ficción basada en hechos reales, aquellos errores en vestimentas, armamentos, grados militares, etc., denotan una lamentable falta de seriedad.

5
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María Antonia Borroto
3 años

@Abdel Martínez Castro Equelecuá.

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Y. J. Hall
3 años

@Abdel Súmale a eso que, según la película, los mambises fueron derrotados por un ejército de bobos.

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amaury pardo
3 años

Hace tres años el periódico Granma publicó un artículo sobre Cespedes poniéndolo como el primero en darle la libertad a sus esclavos, yo escribí en los comentarios que era erróneo que fué Joaquín de Agüero y me llovieron los comentarios negativos, hasta fuí tildado de separatista. Conclusión Granma me bloqueó por contar la verdad.

5
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María Antonia Borroto
3 años

@amaury pardo Estoy por creer que la omisión de Joaquín de Agüero es algo premeditado... Me imagino que fuera de Camagüey (e incluso aquí mismo) muchas personas no deben haber sabido a qué se refieren los momentos iniciales del filme El Mayor. Al menos aquí, Joaquín de Agüero nombra una de las más céntricas calles de La Vigía, existe un monumento que lo recuerda y está a punto de ser inaugurado otro, dedicado a los mártires del 51, en el cementerio ... Emilia Bernal, en una conferencia de los años 30 ya publicada en El Camagüey (y que sirve de introducción al texto de El Solitario sobre Joaquín), reconoce que en las escuelas de entonces muchos no lo conocían y hasta se preguntaban por qué había que estudiarlo. Hay algo en todo esto que me parece incluso macabro.

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María Antonia Borroto
3 años

Días atrás, en La Joven Cuba, el crítico y profesor Gustavo Arcos publicó un texto sobre el filme El Mayor. Extraigo de ahí dos ideas que me parecen muy convenientes para el análisis que nos ocupa: "Ocurre que cuando se trata de un suceso histórico, se pide a nuestros artistas que sean fieles, no tanto a los hechos como a la manera en que el poder los interpreta y cosifica; es decir, los filmes deben legitimar las lecturas e intereses oficiales sobre determinado asunto, y eso no es arte, sino propaganda. En definitiva, es el gobierno cubano a través de sus instituciones el que financia la mayoría de los proyectos (El mayor contó con estimable apoyo del MINFAR, y antes aconteció lo mismo con Kangamba, de Rogelio París, 2008; y Sumbe, de Eduardo Moya, 2011); así que todo adquiere sentido. "Tomás Gutiérrez Alea en Una pelea cubana contra los demonios (1971) y La última cena (1976), Humberto Solás con Cecilia (1981) y Fernando Pérez con José Martí: el ojo del canario (2011), fueron cuestionados por sus libertades a la hora de leer la historia e interpretar las sagradas escrituras. En una época oscurantista hubieran sido quemados en la hoguera por blasfemos." El texto íntegro está disponible en https://bit.ly/34Dg1HK

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Javier Vázquez
3 años

@María Antonia Borroto He recordado el debate respecto al proyecto de película sobre Martí que, decían, le faltaba el respeto. Aquello cogió una intensidad, y los realizadores fueron calificados con los peores epítetos.

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María Antonia Borroto
2 años

@Javier Vázquez Así mismo fue. Claro, aún no tenemos la suficiente distancia, pero creo que ese asunto significó un parteaguas en el debate cultural en Cuba. De pronto descubrimos que esos demonios que algunos, ingenuamente, creíamos cosa del pasado seguían entre nosotros. Sí, como el célebre dinosauro de Monterroso, la intolerancia, el extremismo, la politización todavía estaban (están) ahí. De hecho, la Muestra de Jóvenes Realizadores desapareció.

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María Antonia Borroto
2 años

@Javier Vázquez Y muchos de los que debatían ni siquiera habían visto el guión ni lo presentado a la muestra, ni a derechas sabían cuáles eran las intenciones del director, Jimmy Castillo. La frase de marras "Martí es un mojón", según confesó éste, debía marcar las diferencias entre dos personajes, y cómo, a pesar de ellas ambos podían amarse. Creo que ése era asunto. Te soy sincera: siempre me pregunté si la frase sería el verdadero motivo o si había algo más en la obra, tal vez más sutil, que, según la pespectiva de los censores, resultaba más peligroso.

1
María Antonia Borroto
3 años

Veamos algunos elementos del contexto actual que, a mi modo de ver, ratifican un único discurso del que el cine realizado por el ICAIC es un elemento más: en 2014, se anunciaba la construcción en Santiago de Cuba de un vial que uniría la Plaza de la Revolución Antonio Maceo y el Cementerio Santa Ifigenia. Y en ese propio cementerio se reubicó la tumba de Carlos Manuel de Céspedes (hay un excelente texto en OnCuba que muestra los sucesivos enterramientos del Padre de la Patria) y fue construido el sepulto de Mariana Grajales, denominada de buenas a primeras Madre de la Patria. La tumba de Martí y la de Fidel completan esa suerte de ruta funeraria que, a mi modo de ver, pretende significar la continuidad. Lo que sigue es apenas una idea al vuelo, pues es un asunto muy complejo e, incluso, íntimo, pues tiene que ver con la manera en que cada cual siente la muerte de sus seres queridos. Días atrás vi Unorthodox, una exitosa serie de Netflix. A Esty Shapiro, la protagonista, le llama mucho la atención que durante una visita a Europa el que luego va a ser su novio sólo visita, junto al padre, tumbas de rabinos famosos. Luego, cuando ella ha logrado llegar a Alemania y es perseguida por el abandono de su comunidad hasídica, sostiene una conversación muy interesante en un parque ubicado en los terrenos que ocupaba antes un edificio de judios, desaparecido durante la Segunda Guerra Mundial. El primo del esposo (un personaje por cierto muy curioso, también un poco unorthodox y que a toda costa busca ser aceptado y perdonado por los suyos) le pregunta cómo puede ella vivir en Berlín, donde están las almas de tantos judíos desaparecidos durante el Holocausto. Ella le dice que esas almas ya los acompañan estén ellos donde estén. La idea me afectó, por cuestiones muy mías, pero no es eso lo que quiero subrayar, sino que de pronto sentí el peso de esa suerte de compromiso, de culto a la muerte y a los muertos... ¿Se pretende que nos inspiremos en las vidas ejemplares de quienes nos antecedieron o se trata de la glorificación de la muerte?

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Romel Hijarrubia Zell
3 años

Leer un análisis crítico, si es respetuoso, te hace reflexionar sobre lo dicho. Así se debiera poder hacer sobre otras muchas otras cosas de la Patria, pasadas y actuales. Una sociedad sin crítica, sin discrepancias, sin criterios públicos, es una sociedad atemorizada o indiferente. De la discusión seria, respetuosa y profunda, siempre salen verdades y reflexiones, muy necesarias en todos los tiempos. R.

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Judiel RAguilar
3 años

Buenas, muy buen análisis. Yo tengo otro error. En la película se da entender que en Guáimaro fue Agramontes el que propuso la adopción de la bandera de Narsoso López en vez de la de Céspedes. En realidad la propuesta la hizo el villareño Eduardo Machado, que lleva a Guáimaro la bandera que elaboró la camagüeyana radicada en Santa Clara Inés Morillo y que los villareños utilizaron primero en el alzamiento de San Gil y luego en el Cafetal González. Es cierto que el Camagüey apoyó la propuesta pero la misma la hicieron los villareños. De hecho es muy desagradable ver qué prácticamente los villareños ni se reflejan en la Asamblea cuando tuvieron un papel decisivo.

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María Antonia Borroto
3 años

@Judiel RAguilar Muchas gracias por su observación, y coincido plenamente. ¿Dónde podríamos encontrar información sobre Inés Murillo?

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Judiel RAguilar
3 años

@María Antonia Borroto ecured.cu/Inés_Morillo_Sánchez

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Vladimir Llanes Ruiz
3 años

Las licencias artísticas no deben ser el vehículo para la desorientación de la verdad histórica

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María Antonia Borroto
3 años

También en El Camagüey los interesados pueden leer el texto de Antonio López a propósito de El Mayor y que abunda también en los retos del cine histórico: https://bit.ly/3sBI1nO

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Oreidis Pimentel
3 años

Cada vez que la veo le encuentro mas detalles... No puedo evitarlo, sin aánimo de hacer leña, pero en la TV observé otros sucesos. Por ejemplo, en el diálogo Quesada/Agramonte hay respeto, lógico, pero en un momento Manuel le dice "amigo": ¡hey!, ¡ojo!: eran primos por la parte Loynaz Otro es el fusilamiento de tres presentados, casi al final, donde se escucha la descarga de fusil. Eso también es incorrecto, pues la pena era ahorcamiento; las balas no se gastaban así como así, menos de noche, en silencio ante la proximidad enemiga.

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Rolando León Viamontes
2 años

Yo fui con gran expectativa a ver el film; como aficionado no tuve la capacidad de detectar todo lo escrito aquí, pero siempre detecté unos cuantos, en realidad lo que más me disgustó fue el tratamiento irrespetuoso a Ana Betancourt que en la vida real era una mujer fina y de clase, sus ideas independentistas no justifican que fuese una barriotera, eso es incorrecto, amén de los errores de los grados militares, la mezcla de los primos Agramonte en un mismo regimiento, el uso de la leyenda Joaquín Agüero- Ignacio Agramonte, etc. Por todo esto y la cantidad de errores históricos evidentes, pienso que hay dos razones o bien no consultaron a los historiadores camagüeyanos o simplemente los obviaron, como es habitual siempre, cosa esta bien desagradable y molesta.

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Juan de las Cuevas Loret de Mola
2 años

Vi ahora por segunda vez la película, la primera fue en la premier en el cine Chaplin. Desde aquel momento di mi opinión sobre varios elementos que se apartan de la verdad. No se puede hacer un filme de corte histórico y adornarlo como si fuera una obra de ficción. Uno de esos errores fue mostrar a Agramonte como el que en el combate Cocal del Olimpo mata al jefe de la columna española Abril. En uno de sus libros, Ramón Roa (creo que en "Bala, tizón y machete"), narra ese combate y cuenta que fue mi tatarabuelo Enrique Loret de Mola (ignorado en la película), el que cercena por la mitad al jefe español y lo deja de la cintura hacia abajo montado a caballo. Coincido con el comentario de la publicación que a Agramonte no le hacía falta ese tipo de mérito. Otro desacierto fue no usar la bella canción de Silvio Rodríguez, hubo algo de tozudez me han contado.

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Leopoldo Vázquez
1 año

Todo lo que se haga bajo una tiranía totalitaria siempre será manipulado a su favor. Falta la condena al comunismo que Él hizo y que tanto dolor ha causado a nuestra Patria al extremo de destruirla, así como la bandera de EU que llevaba en la manga, que se ignoró. Creo de todas formas se recordó algo de Él.

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