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La poesía de Mariano Brull

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La poesía de Mariano Brull

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Es dificilísimo traducir en vibraciones divulgadoras (accesibles a la antena media) la pura onda lírica de la poesía de Mariano Brull. Desde su primer libro publicado en 1916 se advierte en su poesía un tono de intimidad y de recogimiento que denuncia al verdadero poeta moderno, exacto aprisionador de inexactitudes, que resuelve o inventa ecuaciones líricas y descubre la esencia eterna en la forma fugitiva, el latido absoluto —inagotable— debajo de la vibración externa. Pedro Henríquez Ureña decía en el prólogo a La Casa del Silencio que no se hallaba en dicha obra la poesía perfecta; pero sí el anhelo de perfección y sobre todo un espíritu intensamente poético, la virtud de suscitar emociones virginales.

Han pasado los años y Brull se ha encontrado —se ha completado— a sí mismo.

Es el poeta más perfecto e interesante de la hora actual sin dejar de serlo de su generación, sin romper el hilo de pureza y de intimidad lírica que le une umbilicalmente —con sangre viva— a su “yo” anterior. No es Brull —a pesar de ser nuevo y difícil— lo que se llama un revolucionario de la poesía. A veces es magistralmente sencillo y tradicional como en el poema “Las Marías”.

Los Poemas en Menguante y El Canto Redondo señalan la plenitud lírica de Mariano Brull. Entre uno y otro libro no hay más que una línea estrecha de tiempo. Y, aun así, lo más definitivo y perfecto se encuentra en el último libro. Percepción afinada del color hasta agotar los más destilados matices; y virtud melódica, ingenuidad sabia. Y una milagrosa, una casta sensualidad que sabe recrearse en el trópico de que es hijo y es capaz de crear mágicamente el trópico dentro del verso. Léanse el poema titulado “Palma Real”. Adéntrese el lector inquieto en ese otro poema “Isla de Perfil” incluido en su nuevo libro:

      Ilesa isla intacta,
      bozal del mar nómada,
      cabezal de nardos
      ahogados en la luz.
      Un ladrido en clave
      de nácares rudos
      y en ronda, soleados,
      estíos de agua.

He sentido alguna vez —más de una vez— que lo verdaderamente lírico es inefable, incomunicable. Ningún rodeo verbal, ninguna explicación lógica pueden decir más de lo que dicen estos versos de El Canto Redondo. El profano, el hombre sudado de cotidianidad y sordidez jamás tendrá una llave para penetrar en esta clase de poesía. No habrá lámpara que pueda alumbrársela, porque la virtud o el defecto está en los ojos, y a veces la poesía de Brull es la luz misma que goza de su alta beatitud y se baña en su propia gracia.

...la poesía de Brull es la luz misma que goza de su alta beatitud y se baña en su propia gracia. 
Lirios de agua - Claude Monet - 1903.

Publicado originalmente en Orto. Año XLIII, no.7-9, julio-septiembre de 1956. Tomado de Órbita de Orto. 1912-1957. Selección de Ángel Larramendi Mecías y Maritza Labrada Batista. Prólogo de Ángel Larramendi Mecías. Ediciones Orto, Manzanillo, 2012, pp.232-233.

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Comentarios
María Antonia Borroto
4 años

El don que salva, el de la admiración: así lo expresaba Casal de Aurelia Castillo, y creo que cabe también a Ballagas y este precioso acercamiento a Brull. Un don, ay, que lamentablemente apenas poseemos hoy en día. ¿Cuántos poetas hablarían así de un colega coetáneo? Y no creo estar idealizando el pasado, que de todo hay (y hubo) en la Viña del Señor, pero sí tengo algo bien claro: hemos perdido ciertas finezas.

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María Antonia Borroto
4 años

Y algo que no entiendo es lo poco divulgado que es Brull hoy en día. No conozco ninguna edición más o menos reciente de su poesía. Vean qué curioso: sus contemporáneos no tuvieron a menos reconocerle sus méritos. Ya leeremos en El Camagüey las exquisitas aproximaciones de Mañach, por ejemplo, y un soberbio ensayo de Alfonso Reyes.

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Henry Mazorra
4 años

"El profano, el hombre sudado de cotidianidad..." no fue una buena imagen de Ballagas.

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María Antonia Borroto
4 años

@H. Mazorra Sé que te refieres a la imagen en sí, pero tu observación me da pie para algunas ideas que hoy me han estado rondando. Veamos la frase en su contexto: "He sentido alguna vez —más de una vez— que lo verdaderamente lírico es inefable, incomunicable. Ningún rodeo verbal, ninguna explicación lógica pueden decir más de lo que dicen estos versos de El Canto Redondo. El profano, el hombre sudado de cotidianidad y sordidez jamás tendrá una llave para penetrar en esta clase de poesía. No habrá lámpara que pueda alumbrársela, porque la virtud o el defecto está en los ojos, y a veces la poesía de Brull es la luz misma que goza de su alta beatitud y se baña en su propia gracia." Hoy, casualmente, estuve repasando algunas ideas de Tarkovsky sobre el arte, quien se expresaba en términos un tanto parecidos respecto a la dificultad de "traducir" en palabras la emoción estética. (Creo que de eso ya estuvimos hablando en nuestro apasionado debate sobre la belleza.) El maestro ruso también decía algo que yo comparto: "las afinidades estéticas de una persona en muchos casos dicen mucho más sobre la propia persona que sobre la obra de arte en sí". Y creo que Ballagas llama la atención sobre una peculiaridad de cierta zona del arte: la exigencia de un público culto, con un gusto cultivado (valga la redundancia), capaz de un tipo muy particular de fruición, que es, al mismo tiempo, estética, intelectual, emocional... Y eso, tristemente, es algo que no todos tienen. Al menos para Ballagas, el hombre "sudado de cotidianidad y sordidez" no lo tenía. Decía Goethe (citado por Tarkovsky) que leer un libro es casi tan difícil como escribirlo. Puede parecer exagerado, pero si lo miramos con detenimiento, no lo es. Sé que puedo sonar casi sacrílega respecto a esa intención, utópica —y por eso mismo hasta dañina—, que mediante la igualación de las posibilidades de acceso al arte (lo que, en principio, no está nada mal) ha querido suponer en todos la misma posibilidad de disfrute. Son apenas unas ideas al vuelo... Este es el link al texto "El arte como ansia de lo ideal", de Andrei Tarkovsky: https://bit.ly/2N2Kh5v

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Henry Mazorra
4 años

No diría nada sin evaluar el contexto, justo por eso. Atractivas tus opiniones sobre la lectura pero no acabo de digerir la frase de Ballagas. ¿Si eres profano no eres sensible? ¿si sudas o si tu vida cotidiana significa sudar no eres capaz de disfrutar alguna creación de rigor? ¿Profano y sórdido es lo mismo Ballagas? Yo creo que entiendes desde el principio lo que cuestiono. Insisto en que fue una imagen desafortunada, quiero creer que fue eso, una ligereza a la hora de elegir las palabras, cosa difícil de creer en Ballagas.

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María Antonia Borroto
4 años

@H. Mazorra Creo que para analizar el asunto habría que releer también "La poesía nueva", del propio Ballagas (conferencia dictada en la Universidad del Aire) y que fue una de nuestras primeras publicaciones (https://bit.ly/2N98NSF). Tal vez el hombre "sudado de cotidianidad" —según Ballagas— podría ser capaz del disfrute de creaciones de rigor, mas no del tipo de poesía de Brull, de esa manera de concebir el acto poético. Y hay algo que sí me parece cierto y que creo haber leído en Ortega y Gasset: en el siglo XX el placer reservado al arte debe ser un placer altamente intelectualizado, pues así lo exige el arte mismo. Releeré también "La deshumanización del arte", de Ortega, excelente ensayo sobre el arte de vanguardia.

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María Antonia Borroto
4 años

@H. Mazorra Otra idea sobre la lectura, de Thoreau, citado por Tarkovsky: "Las obras de los grandes poetas aún no han sido leídas por la humanidad —sólo los grandes poetas son capaces de leerlas—. Las masas, sin embargo, las leen como si leyeran las estrellas…; si hay suerte, como astrólogos, pero no como astrónomos. A la mayoría de las personas se les enseña a leer sólo para su propia comodidad, como si se les enseñara a contar para que puedan comprobar las cuentas y no ser engañados. Pero del leer como noble ejercicio intelectual no tienen idea; además, sólo hay una cosa que se pueda llamar leer en el más alto sentido de la palabra: no aquello que nos adormece narcotizando nuestros más altos sentimientos, sino aquello a lo que hay que acercarse de puntillas, aquello a lo que dedicamos nuestras mejores horas de vigilia." Es precioso.

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Y. J. Hall
4 años

El poema "Isla de perfil" fue dedicado a Jorge Mañach. Aquí pueden leerlo completo: https://bit.ly/3jxugAx

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María Antonia Borroto
4 años

@Y. J. Hall Bellísimo. ¡Gracias! Es un verdadero regalo. Es el segundo del que tengo noticias dedicado a Mañach, el otro ya está publicado en El Camagüey, "El niño y la luna" (https://bit.ly/2YW5el9). Y de Brull y sus primeros libros escribió Mañach. La historia de la literatura y, en sentido general de la cultura, está marcada por esos vínculos entre quienes la hacen y la viven, de los que muchas veces no tenemos noticias. Sería bueno desde aquí asomarnos a esas mutuas iluminaciones.

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