Loading...

Hay siempre un fondo melancólico en el Recuerdo; y cuando éste se remonta a la época más bella de la vida, a la niñez, parece que nos comunica y presta el encanto de aquella edad: un rayo de sol de primavera que disipa por un momento las brumas de un día de invierno: reviviscencia fugaz, pero siempre dulcísima, y fenómeno psíquico que obedece en su esencia y en sus matices de intensidad y vibración moral, a las leyes de la Memoria y de la sensibilidad estética.

Cuando comienza ya a embotarse la facultad de la emoción en nuestra alma reaparece en ella con toda su delicadeza, con su brillante colorido y con cierto tinte poético indescriptible, la emoción que sentimos en días mejores: lazo simpático que une el presente al pasado, y que reintegra, por decirlo así, nuestra personalidad afectiva y moral, tan frágil de suyo, tantas veces trunca o mutilada por el olvido. 

Puentes Grandes


Tomado de El Fígaro. La Habana. Año X, Núm.24, Julio 8 de 1894, p.333.
Nota de El Camagüey: Se ha respetado el uso de las mayúsculas.

9
¿Haz disfrutado este artículo? Pues invítanos a un café.
Tu ayuda nos permite seguir creando páginas como ésta.

  
Comentarios
Y. J. Hall
1 año

Definitivamente, Esteban Borrero no escribe para mí. Casi no entiendo lo que dice. Y por otro lado, ni la niñez es necesariamente la época más bella de la vida ni hay días de invierno en Cuba. (Esto último con raras excepciones.)

3
Responder
María Antonia Borroto
1 año

@Y. J. Hall: Bueno, para él la infancia fue lo mejor de su vida, y el invierno y la primavera son para él metáforas, ¿no? Hay un tono muy amargo en muchos de sus textos, y hay uno, que ya publicamos, donde evoca con verdadera nostalgia su niñez.

1
Y. J. Hall
1 año

@María Antonia: Él se refirió a la niñez como "la época más bella de la vida", no "...de mi vida", una generalización errada, como casi todas. Y usar metáforas de invierno y primavera en un país donde no se conoce ninguna, es por lo menos carente de imaginación, por no decir cheo.

3
María Antonia Borroto
1 año

@Y. J. Hall: Es cierto que se suele generalizar a partir de las experiencias propias, eso es humano, muy humano. Cada cual se cree (ahora soy yo quien generaliza) la medida de todas las cosas, de las que son en tanto son, de las que no son en tanto no son, según la célebre frase de Protágoras. Y el uso de metáforas de primavera e invierno para aludir al paso de los años y las etapas de la existencia humana no tiene nada que ver con el entorno geográfico o con el clima del lugar en cuestión: creo que es universal, y diría que hasta eterno. La historia de la literatura (y del arte, en sentido general) está llena de obras que usan y abusan de esas conexiones.

2
Y. J. Hall
1 año

¿A ti te gustó eso que escribió Borrero?

María Antonia Borroto
1 año

@Y. J. Hall: Más allá de que me haya gustado o no ese texto en particular, me resulta interesante por varias razones. La primera, Borrero, y los Borrero-Pierra —o sea, sus hijos y su propia esposa, también camagüeyana— me han parecido siempre dignos de atención y estudio. Me he acercado a la obra de todos, de unos en mayor medida; es el caso del padre: aprecio mucho su narrativa, algunos de sus poemas me han gustado muchísimo y hay zonas de su obra que estoy queriendo descubrir y publicar, como su periodismo y sus conferencias. Este texto es, al parecer, un texto de ocasión. Estoy especulando: se titula "En un álbum", así que parece haber sido escrito para el álbum de alguna amiga, práctica usual en esa época. ¿Por qué está también en el periódico? ¿Por qué no aparece el nombre de la destinataria, si es que ese fue su objetivo? ¿Es que, andados los días, el propio autor sintió que era más que la prosa apurada para obsequiar a una amiga? ¿A una amiga camagüeyana, de la infancia...? Sé que estas preguntas no van a tener respuesta, o tal vez sí, quién sabe. Ya todo eso hace que me resulte cautivante. Es una pieza menor, es cierto, mas me ayuda a conformar, como en una suerte de mosaico, una determinada imagen del hombre y de su obra, de su sensibilidad. Me seduce en él la convergencia del espíritu práctico, el gusto por la indagación científica y, al mismo tiempo, ese fondo de melancolía que advierto en toda su obra, sobre todo en la escrita a finales del XIX y durante los poquísimos años del siglo XX que alcanzó a vivir. Fue un suicida. No pretendo entender las razones que lo llevaron a eso (sería vano y pretencioso), pero sí quiero asomarme a su mundo.. Sé que mi respuesta te puede parecer parece evasiva, y tal vez lo es, pero, en mi caso, tan metida en las postrimerías del siglo XIX cubano, todo, hasta una insignificante brizna de papel, un anuncio minúsculo en un periódico, una esquelita... todo, absolutamente todo, puede resultar muy revelador. Ahora, a ti no te gusta. Está bien. Incluso, que yo diga "está bien" está muy mal. ¿Quién soy yo para legislar en cuestiones de gustos, o para aprobar los gustos de otra persona? Gustar de algo (o no gustar) es un DERECHO. A mí me gusta Borrero, me interesa profundamente. Espero, con ansias, la novela que prepara un amigo sobre Martina Pierra, cuñada suya, porque sé que puede enriquecer mi comprensión de un entorno del que desconocemos mucho. Y estoy casi segura que éste es un texto casi desconocido, como lo han sido otros suyos ya publicados o por publicar, incluido un relato que transcribo en estos días —tomado directamente de El Fígaro— y que a mí, en lo personal, me ha gustado mucho; eso le da un valor añadido —el que sea casi desconocido—, pues estoy segura que quienes sí han estudiado con detenimiento a Borrero podrán sacarle otras "lascas" a este brevísimo texto, razón de más para que me sienta satisfecha con su publicación.

Y. J. Hall
1 año

¿Te gusta? (Sí o no)

María Antonia Borroto
1 año

@Y. J. Hall: Tal vez Borrero SÍ escribe para mí. Tal vez estoy tan fascinada con él que todo, absolutamente todo lo suyo, me resulta atractivo y no sólo por motivos artísticos. Es el tipo de hombre que me hubiera gustado conocer, tratar, cuya amistad hubiera cultivado... Y tal vez Consuelo Pierra hubiera tenido en mí una rival. Quién sabe... La literatura (y el arte, en sentido general) tiene ese poder evocador: nos acercamos tanto a ciertos autores que llegamos a creerlos conocidos nuestros; es que nos sentimos "tocados" por ellos, algo que a veces las personas de carne y hueso que nos rodean no logran.

María Antonia Borroto
1 año

@Y. J. Hall: Y acabo de reparar en el "detalle" de que son varios los textos de su madurez dedicados a Camagüey, donde se regodea en la nostalgia y en sus días aquí, que fueron duros, por cierto. Recomiendo leer el discurso de su gran amigo Enrique José Varona al cumplirse un aniversario de la muerte de Borrero, donde narra pasajes de la vida de ambos aquí, en el antiguo Puerto Príncipe. Y el tono, tras la muerte de Juana, su hija querida, y de Consuelo, su esposa, fue aún más lúgubre. Pensándolo bien: mejor no haber coincidido, verlo sólo desde la distancia, imaginarlo... Amarlo.

Y. J. Hall
1 año

😳

María Antonia Borroto
1 año

@Y. J. Hall: ¿Por qué el asombro?

Teresa Fernandez Soneira
1 año

Me gusta mucho como escribe Esteban Borrero. Tiene gran sensibilidad. Comparto con el que la época más bella para mí también fue la niñez en la que compartí con padres, abuelos y primos en Cuba. Cada cual tiene sus experiencias diferentes.

2
Responder
Beatriz María Goenaga Conde
1 año

Sí, hay algo de melancolía en nuestros recuerdos del pasado, especialmente de la infancia. Si evoco mis años infantiles, allí están mis padres y abuelos, artífices de tantos de mis momentos felices. El estilo de Borrero me es tan familiar! Me lleva a la sala de mi casa y a los tomos de “ El tesoro de la Juventud”, las lecturas que mi abuela me hacía.

1
Responder
Y. J. Hall
1 año

@Beatriz: Todos los recuerdos son del pasado y sólo evocan melancolía los que evocan melancolía. Por ejemplo, yo no recuerdo con melancolía cuando me robaron la billetera con 13 dólares en una guagua en pleno Período Especial, y mucho menos cuando siendo un niño intenté pararme en una pelota, me fui de boca y me partí un diente (de hueso). Con respecto al estilo de Borrero, aspiro algún día a desentrañarle el sentido a "Cuando comienza ya a embotarse la facultad de la emoción en nuestra alma reaparece en ella ... la emoción que sentimos en días mejores: lazo simpático que une el presente al pasado, y que reintegra... nuestra personalidad afectiva y moral, tan frágil de suyo, tantas veces trunca o mutilada por el olvido." 🤯 (Eso se entiende menos que las oraciones que volvieron loco al Quijote.)

Y. J. Hall
1 año

Escribió Cervantes: "…y, de todos los libros de caballería, ningunos le parecían tan bien como los que compuso el famoso Feliciano de Silva, porque la claridad de su prosa y aquellas entricadas razones suyas le parecían de perlas, y más cuando llegaba a leer aquellos requiebros y cartas de desafíos, donde en muchas partes hallaba escrito: «Cuando comienza ya a embotarse la facultad de la emoción en nuestra alma reaparece en ella la emoción que sentimos en días mejores: lazo simpático que une el presente al pasado, y que reintegra nuestra personalidad afectiva y moral, tan frágil de suyo, tantas veces trunca o mutilada por el olvido.». 

 Con estas razones perdía el pobre caballero el juicio, y desvelábase por entenderlas y desentrañarles el sentido, que no se lo sacara ni las entendiera el mesmo Aristóteles, si resucitara para solo ello."

1
Y. J. Hall
1 año

¡Ya entiendo! ¡Borrero estaba jodiendo!

1
José Carlos Guevara
1 año

@Y. J. Hall: Y aunque encuentro muchísimo de choteo aquí del bueno no anda desencaminada la idea de situar la base estilística de la sintaxis de Borrero en la obra cervantina. Sería interesantísimo ver cuánto pudiera tener de cierto el chiste.

2
Y. J. Hall
1 año

@José Carlos: Sí, como si Borrero se hubiera metido en el personaje de Alonso Quijano.

1
Beatriz María Goenaga Conde
1 año

@Y. J. Hall: Gracias por leer mi comentario, así como su precisión sobre la redundancia que emplee. Me gusta la prosa de Borrero aunque a usted le parezca ininteligible. Me ha interesado mucho algunos de los textos publicados de su pluma en el Camagüey, agradezco el haber podido acceder a ellos en este sitio. En cuanto a su opinión sobre ese autor, las analogías que encuentra con Cervantes, a pesar de que no la comparto, se las respeto. Creo que este es un espacio donde todavía se puede opinar con decencia y libertad.

Y. J. Hall
1 año

Beatriz, trátame de tú, que al menos café hemos tomado juntos...

1
Beatriz María Goenaga Conde
1 año

@Y. J. Hall: cierto.

1
María Antonia Borroto
1 año

Por cierto, Borrero es uno de nuestros primeros cervantistas, tal vez el primero. Ya va siendo hora de publicar algo suyo sobre Cervantes y El Quijote aquí, en El Camagüey.

Responder
Y. J. Hall
1 año

Él se enfrascó tanto en su lectura, que se le pasaban las noches leyendo de claro en claro, y los días de turbio en turbio; y así, del poco dormir y del mucho leer, se le secó el celebro de manera que vino a perder el juicio.

2
María Antonia Borroto
1 año

@Y. J. Hall: Para nada, mon cheri, era un hombre muy lúcido, brillante. Dice Varona, quien trató a Martí, que Borrero era el hombre más inteligente que había conocido. Y según Casal, era un "conversante" formidable. Esa palabra, conversante, me gusta muchísimo, por cierto.

Y. J. Hall
1 año

@María Antonia: ¿Si era tan brillante, cómo pudo escribir algo tan malo? (He vuelto a leerlo y me parece aún peor.)

José Carlos Guevara
1 año

@Y. J. Hall: Jajaja la diferencia entre el Quijote y Esteban es que Borrero ya era mártir (protomartir diría un católico) desde el nombre mientras que Cervantes quiso sacarle la risa al mundo con la tragedias del caballero de la triste figura.

2
Y. J. Hall
1 año

@José Carlos: Sí, parece que se metió completamente en su nombre. Es decir, hasta la muerte.

1
José Carlos Guevara
1 año

A mí me parece que Esteban Borrero está en ocasiones muy lejos de los grandes estilistas cubanos del siglo XIX: no tiene ni las cláusulas ciceronianas de Martí, ni el vuelo de Piñeyro. Tal vez a quien más se acerque sea a su compañero Enrique José Varona por su intento de analizar científicamente el mundo. Ojo, que no digo que carezca de valor: su narrativa tiene una imaginación muy extraña dentro del positivismo. En la misma Revista de Cuba casi publicó únicamente temas médicos. En el diario de Juana aparece a los ojos de hoy como un tipo extremadamente autoritario. Era un romántico hijo de un poeta romántico, que escondió su idea de Dios en el incognoscible de Spencer. Siempre he tenido la idea de que Calófilo es un homenaje a su mejor amigo Enrique.

2
Responder
María Antonia Borroto
1 año

@José Carlos Guevara Alayón: Tengo esa misma percepción de Calófilo, recuerdo que para Casal estaba a la altura de las mejores novelas psicológicas del momento. Mi visión quizás es un poco romántica, lo reconozco. También coincido con tu percepción de su narrativa. Verás pronto, en estas páginas, un relato suyo, naturalista, asentado en su experiencia como médico que me ha mostrado otra faceta de sus posibilidades como narrador. Por cierto, no olvidemos que es de su autoría el primer libro de cuentos publicado en Cuba, aunque curiosamente no hay nada suyo en los "Cuentos de La Habana Elegante". Gracias, como siempre, por tus enriquecedores comentarios. Y no olvides que El Camagüey espera un texto de tu autoría.

1
María Antonia Borroto
1 año

@José Carlos Guevara Alayón: Y como padre me imagino que debe haber sido según la usanza de la época. Hay mucha ternura, por otro lado, en esa página preciosa que escribe en homenaje a Casal "sobre los restos de su hogar en ruinas". Evoca una escena muy íntima, muy familiar, muy cubana; uno siente mucha amabilidad, empatía... Eso siempre me ha conmovido. Acabo de recordar que aún ese texto no está en Camagüey. Son varias, todavía, nuestras deudas con él.

Beatriz María Goenaga Conde
1 año

Retomando el tema Borrero, cuando me refería al Tesoro de la Juventud, el que ha entrado a esa enciclopedia infantil, entre comillas, sabe que allí hay mucho positivismo aunado al tono engolado de los modernistas(la de mi casa es de 1802). En ese sentido encuentro a Borrero, un poco a caballo entre esos dos estilos. Distante de nosotros ya, gracias a las vanguardias y lo que en inglés llamamos modernism ( el rechazo a la linealidad, el uso de lo introspectivo, etc. ). Y, a pesar de que ya uno casi no puede leer prosa del siglo XIX, porque sólo los grandes maestros no aburren con esas largas secuencias descriptivas, incluso ellos… ( me refiero estrictamente a mi persona). No quiere decir que no encuentre placer todavía en ese rebuscado uso del español y de la imagen.

3
Responder
María Antonia Borroto
1 año

@Beatriz María Goenaga Conde: Creo que has dado en el clavo.

María Antonia Borroto
1 año

@Beatriz María Goenaga Conde: Me he quedado pensando, más bien recordando, recordándome a mí misma cuando empezaba mi trasiego con periodistas del siglo XIX. Había cierto extrañamiento, por llamarle de alguna forma, como si los textos se me resistieran, o yo a ellos. Me pasaba hasta con ciertas zonas de Casal. Hay un autor, Emilio Bobadilla (Fray Candil) cuya crítica literaria hoy me parece insufrible, por ejemplo, y que leí en virtud de la necesidad de completar una imagen de la época, de ver determinadas tendencias. Y recuerdo que en aquel entonces lo llegué a disfrutar. Poco a poco, en la medida en que el tiempo pasaba y me iba metiendo más en esos textos y autores —porque es como una zambullida—, los textos parecían ir cambiando. No eran ellos, por supuesto, era mi percepción la que cambiaba. Y no se trataba solo que los pudiera disfrutar desde el punto de vista estético —que también, en muchos casos—, sino que el apreciar otros sentidos, entender la lógica de su nacimiento y de su circulación constituía, en sí mismo, un placer. Es algo que puede parecer muy raro, pero, al menos en mi caso, así ha sido: he llegado a sentirme como pez en el agua. Al principio el agua me parecía fría, incluso abrumadora, aguantaba apenas unos minutos, hasta que empecé a sentirme cómoda. Es una experiencia interesante.

1
José Carlos Guevara
1 año

@María Antonia Borroto: Ahora sí, profe, con Fray Candil ¡El que le dijo filósofo caribe a Varona! (ataque de risa). Han envejecido muy mal todos esa es la verdad.

2
María Antonia Borroto
1 año

@José Carlos Guevara Alayón: Y describió a Darío y a los modernistas bailando una cumbia grotesca. Sería bueno, por cierto, traer a estas páginas algo suyo sobre Varona y la enfática defensa de Manuel de la Cruz. Nos darían interesantes matices, ¿verdad?

1
María Antonia Borroto
1 año

@María Antonia Borroto: Un botón de muestra de la sátira de Emilio Bobadilla (Fray Candil): Ahora aparece Rubén Darío, el inevitable Rubén Darío, con una ristra de ajos por corona, un lirio por cetro en la mano y una guitarra atravesada en el vientre. La negrada le aclama tumultuosa: —¡Viva el pae Rubén Darío! ¡Viva el gran licóforo de Nicaragua! ¡Viva la jeringa agreste! Los negros le rodean y al son del tambor van desfilando luego, como una retahíla de monos, ante el excelso, incomprensible y pistonudo vate que los mira con profundo desdén. (...) A ver, que baile, que le den una vela. Y al son del tambor y de los gruñidos de la negrada, el "gran licóforo" se pone a menear las nalgas, con una botella de aguardiente en una mano y el consabido lirio en la otra. —¡Viva el pae Rubén Darío! ¡Viva el gran licóforo de Nicaragua! ¡Viva la jeringa agreste! Y ahí le dejo, donde debe estar: entre los negros, en plena cumbia. "Cumbia literaria", en Muecas. Crítica y sátira. París, Sociedad de Ediciones Literarias y Artísticas, 1908, pp. 62 y 63-64. (Confieso que lo he transcrito riéndome.)

2
José Carlos Guevara
1 año

@María Antonia Borroto: No recuerdo nada del bueno de Bobadilla impreso pero desde hace años. Era fanático de Max Nordeau y como su aparato desencriptador se fue a bolina con el tiempo queda poco suyo como no sea su narrativa, sus aforismos de "Sintiéndome vivir" o sus ironías amargas que rebasen el cambio de siglo siquiera. Pogolotti lo detestaba.

1
María Antonia Borroto
1 año

@José Carlos Guevara Alayón: Ah, y sus tiquis-miquis gramaticales... Era ocurrente, eso sí: hay una anécdota que siempre me resultó graciosa. Se batió a duelo con Leopoldo Alas, Clarín. Éste decía que todo sería asunto de coser y cantar, sin embargo, como el resultado fue favorable al fraile belicoso (que de fraile nada tenía, por supuesto), escribió que las cosas habían salido como Clarín lo predijera: a Clarín lo estaban cosiendo, mientras él estaba cantando...

José Carlos Guevara
1 año

@María Antonia Borroto: Bobadilla es el primero en hablar de futurismo en Cuba, concho ¿Cómo pude olvidar eso? Publicó el artículo en cuestión en El Fígaro el 11 de abril de 1909. Ahora es cuando sale uno con un oscuro aborigen en una cueva del Hoyo de Bonnet que ya hacía futurismo como sus primos de Altamira.

2
María Antonia Borroto
1 año

@José Carlos Guevara Alayón: Eso no lo sabía. Voy a buscar ese texto. Gracias por el dato.

También en El Camagüey: