Linda postal del central Jaronú. Por suerte han restaurado el batey y luce casi igual que en la imagen. No sé si el central está moliendo, creo que no.
¡Qué pena lo que ha sucedido en los bateyes y centrales de Cuba! Han destruido una tradición.
@Javier Vázquez Tienes mucha razón. Hace años estuve en el Central Haití (no sabría decirte cuál era su nombre antes) y salí muy perturbada. Fue una de las experiencias más intensas de esos años en los que recorrí varios sitios para participar en lecturas y presentaciones de libros. Fue una experiencia únicamente comparable a los momentos en los que visité las cárceles, tanto la conocida como Kilo 7 y la de mujeres, como otro lugar, que no era exactamente una cárcel, aunque se le parecía bastante, conocido como Campamento de Aseguradas, donde retenían a las prostitutas.
En el otrora central Haití vi tanta tristeza, tanto desamparo... Fui allí con Araceli Aguiar, entonces directora del Centro Provincial del Libro, y con el editor y poeta Ramiro Fuentes Álamo para presentar un libro. Creo que a las personas les gustó. Recuerdo que nos colocamos alrededor de una ceiba y hasta invoqué su protección, sentía que todos la necesitábamos mucho.
El caserío, abandonado; el central, puro hierro desechable; las personas, cansadas y con un agobio de siglos... Creo que ahora todos lucimos así.
Comentarios
Y. J. Hall
2 añosDónde dice “hoy” debe decir “ayer”, o si somos optimistas, “mañana”.
Javier Vázquez
2 años@Y. J. Hall ¡Exacto!
Javier Vázquez
2 añosLinda postal del central Jaronú. Por suerte han restaurado el batey y luce casi igual que en la imagen. No sé si el central está moliendo, creo que no. ¡Qué pena lo que ha sucedido en los bateyes y centrales de Cuba! Han destruido una tradición.
María Antonia Borroto
2 años@Javier Vázquez Tienes mucha razón. Hace años estuve en el Central Haití (no sabría decirte cuál era su nombre antes) y salí muy perturbada. Fue una de las experiencias más intensas de esos años en los que recorrí varios sitios para participar en lecturas y presentaciones de libros. Fue una experiencia únicamente comparable a los momentos en los que visité las cárceles, tanto la conocida como Kilo 7 y la de mujeres, como otro lugar, que no era exactamente una cárcel, aunque se le parecía bastante, conocido como Campamento de Aseguradas, donde retenían a las prostitutas. En el otrora central Haití vi tanta tristeza, tanto desamparo... Fui allí con Araceli Aguiar, entonces directora del Centro Provincial del Libro, y con el editor y poeta Ramiro Fuentes Álamo para presentar un libro. Creo que a las personas les gustó. Recuerdo que nos colocamos alrededor de una ceiba y hasta invoqué su protección, sentía que todos la necesitábamos mucho. El caserío, abandonado; el central, puro hierro desechable; las personas, cansadas y con un agobio de siglos... Creo que ahora todos lucimos así.
Janet Rodríguez
12 mesesPrecioso.