Tierra de Cuba ¡florece!
Lindos pájaros ¡cantad!
Que un aura de libertad
los ámbitos estremece.
¡Sol hermoso! Resplandece
con tu más límpido rayo.
Salid del mortal desmayo,
almas de la patria mía,
y floreced de alegría
¡que llega el veinte de mayo!
Cuando flote la bandera
en cada cubano techo,
desde el Canal al Estrecho,
del golfo a la austral ribera;
cuando la metralla fiera
No lleve de muerte el rayo,
salid del triste desmayo.
¡que el bronce canta una historia!
¡Almas! Floreced de gloria,
¡que llega el veinte de mayo!
Comentarios
María Antonia Borroto
1 añoAurelia Castillo dedicó otro poema, "Victoriosa", al nacimiento de la República, más conocido que éste. En el número especial de El Fígaro correspondiente al 20 de mayo de 1902 aparecieron cuatro sonetos suyos, el ya mencionado (https://bit.ly/43gPyIT) y "Máximo Gómez", "Estrada Palma" (https://bit.ly/3ozrcLg) y "Orientales". En ese número también apareció "Hacia el ideal", de Varona (https://bit.ly/43bnXJ8). Tanto ése como el posterior, correspondiente al 1ro de junio, son impresionantes por varios motivos. Constituyen documentos históricos de inapreciable valor, tanto para seguir los acontecimientos como para apreciar las estrategias de esa publicación, tildada de elitista, para dar cobertura, en el sentido moderno del término, al acontecimiento. Tanto uno como el otro, amén de las excelentes fotografías, contienen importantes valoraciones sobre sucesos del pasado reciente. Fue también el medio (nótese por tanto su prestigio y amplio alcance) empleado por el presidente y el vicepresidente de la República para comunicarse con la ciudadanía. Sus páginas también contienen mensajes de salutación de numerosas personalidades, poemas alegóricos a la fecha y a personalidades y sucesos de las gestas independentistas, así como comunicaciones de representantes de otros países. Ambos números resumen muy bien lo que fue un verdadero suceso, polémico, es cierto, que debe ser revisitado, también lo es, pero que nunca debió ser reducido ni simplificado.
María Antonia Borroto
1 añoEste poema está acompañado por la portada del número del 1ro de junio, donde apareció el poema. Nótese la imponente foto de José Gómez de la Carrera, que muestra uno de los tantos arcos erigidos para las festividades. De Gómez de la Carrera se dice que introdujo la fotografía instantánea en Cuba. Según Wikipedia, nacido en España se trasladó a Cuba bastante joven, realizó estudios de fotografía en España, aunque algún autor señala que aprendió fotografía en Estados Unidos donde adquirió la nacionalidad estadounidense. En 1885 se estableció en La Habana como fotógrafo profesional introduciendo la fotografía instantánea como pionero del periodismo fotográfico. En 1888 comenzó a colaborar con distintas publicaciones, entre las que se pueden mencionar La Caricatura (1888-1892), La Lucha (1892-1895), El Fígaro (1895-1903), La Discusión (1898-1903) y Cuba y América (1904-1906). Fue el fotógrafo oficial en la investigación del hundimiento del Maine, que provocó la Guerra Hispano-Estadounidense y también realizó un reportaje sobre las víctimas y su entierro junto a Amado Maestri. Al finalizar la misma fue el fotógrafo oficial de la administración estadounidense. Otro trabajo de documentación gráfica significado fue el que realizó con el profesor Carlos de la Torre para ilustrar los libros de Historia y Geografía, lo que supuso recorrer la isla de Cuba con gran detalle. Sus reportajes fotográficos sobre la Guerra de la Independencia de Cuba permitieron ofrecer imágenes en todo el mundo y se conservan en diferentes archivos: la Biblioteca Nacional José Martí, Biblioteca del Congreso de Estados Unidos, el Instituto Smithsoniano y en el Archivo General Militar de Madrid.
María Antonia Borroto
1 añoY me pregunto si cabe la denominación de elitista para El Fígaro. En un país con una elevada tasa de analfabetismo, donde se había librado una cruenta guerra hasta apenas tres años antes del momento del nacimiento de la República, ¿cabe hablar de una prensa no elitista? ¿Podría alguna prensa no serlo? Necesitaría, por supuesto, estadísticas confiables para un análisis más serio, estadísticas que mostraran los impresos que circulaban, sus tiradas y alcance geográfico, índices de alfabetización en los diversos estratos sociales... En ese contexto, insisto, ¿qué es una prensa elitista?; ¿qué una no elitista? Uno de los aspectos más sorprendentes de El Fígaro, a mi modo de ver, es cómo el estilo galante va transformándose y poco a poco se comienzan a desplegar las estrategias del periodismo moderno. Y me pregunto cuánto tendría que ver Varona en ese asunto. Varona había sido columnista de El Fígaro en 1895, y posteriormente, en 1899, retoma esa labor. La experiencia al frente de Patria, donde llega, notémoslo, con la experiencia previa del periodismo, digamos en caliente, de El Fígaro, debe haber sido decisiva en su manera de asumir a su regreso el columnismo; su comprensión de la dinámica de una redacción debe haber sido también diferente. Y me pregunto, por supuesto, si su labor allí se limitaba a la entrega puntual de los textos, y nada más. Su nombre aparece tantas veces, asociado incluso a encuestas (muy frecuentes en esos años), que realmente cuesta imaginarlo al margen. En 1895 El Fígaro anuncia que ya tiene imprenta propia. Habría que rastrear otras transformaciones tecnológicas que permiten, por ejemplo, la impresión de fotos de gran formato con tanta nitidez, así como las modificaciones en la composición, el uso de los titulares y de los espacios en blanco, por ejemplo. Creo que ya en algún momento lo he dicho: es una verdadera pena que no se haya asumido un estudio integral de esa publicación. La calidad de su papel ha hecho que sobreviva a muchos de sus hermanos de entonces, e incluso, de épocas posteriores. Entre 1901 y 1902 El Fígaro siguió con disciplina ejemplar los debates y procesos eleccionarios. Fue también una escuela para Manuel Márquez Sterling, quien, por supuesto, ya había hecho periodismo, pero que en ese interin hizo periodismo de opinión, interesantísimo, a partir de su cobertura a la compleja urdimbre política que dio nacimiento a la República. O sea, cuando Manuel Márquez Sterling se une a quienes en 1901 fundaron El Mundo, ese gran periódico, había tenido una buena escuela en El Fígaro. Y ya sabemos el gran periodista que llegó a ser.