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A Isabel Esperanza Betancourt

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A Isabel Esperanza Betancourt

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     Quieres mis versos tener,
     ¿qué versos te ha de decir
     quien queda con verte ir
     sin lira ya que tañer?
     ¿Versos? Pues con ser mujer
     y nacer de quien naciste
     flor de estrella, verso fuiste
     delicado, casto, airoso,
     más que el cantar querelloso
     de un hombre pálido y triste.

     ¡Oh, lago! que apenas riza
     de mayo el terral primero,
     ¡y queda en ti prisionero
     del encanto que lo hechiza!
     No sabes cómo suaviza
     la vida recia, el hallar
     niña que sabe llorar
     las penas propias y ajenas;
     vale más consolar penas,
     niña, que saberlas dar.

     No sabes qué deleitosa
     paz se esparce en nuestra vida
     cuando halla el alma vencida
     una niña pudorosa;
     cual mira la primer rosa
     el que vuelve de la guerra;
     cual si el misterio que encierra
     el cielo se abriese el bardo;
     ¡cual si el aroma de un dardo
     llenase toda la tierra!

     Y se me va ya el frescor
     de alba y el lirio pascual;
     y aquel hermoso rosal
     ¡todo gala y todo flor!
     Prendada de tu candor,
     mal su pena el alma doma;
     y cuando la vela asoma
     que ha de llevarte a otra tierra,
     ¡ay! ¡me parece que cierra
     sus alas, una paloma.

En su álbum de autógrafos
New York, 1883


      Tomado de Obras completas. La Habana, Editorial de Ciencias Sociales, 1975, t.17, pp.187-188.

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Comentarios
Florángel Pupo
2 años

No deja de asombrar que Martí tuvo el don de abarcar diferentes registros. Aquí la espontaneidad y simpatía, lo repentista. Gran poeta en lo popular y en lo culto, sin menoscabo de uno u otro tono.

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Manuel García Verdecia
2 años

Evidentemente, Martí era un galán. No creo que fuese un mujeriego en el concepto al uso, solo un admirador de la belleza, ergo, un poeta que empleaba cada ocasión para alabarla. Es don de hombres sensibles a la belleza femenina el exaltarla. Él lo sabía hacer impecablemente, es la diferencia.

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Romel Hijarrubia Zell
2 años

Comparto ambos comentarios, cada uno exacto en la definición martiana. Faltaría alguno sobre su don de enardecer el amor a la Patria, como en "Los Pinos Nuevos", o el que recordaba a los estudiantes de medicina. Un orador único y un escritor mejor en francés que en inglés, cosa poco conocida. Tiene,- o tenía-, en sus Obras completas un artículo dirigido al Hombre de Campo que era una maravilla de exposición sencilla de algo complejo. R.

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Damaris Hernández
2 años

Buenas noches a quienes siguen con tanto cariño las publicaciones de El Camagüey. Gracias por compartir tan hermoso texto de nuestro Apóstol sobre una camagüeyana excepcional: Isabel Esperanza Betancourt. Me acerqué a ella a través de la Revista de la Asociación Femenina de Camagüey que vio la luz entre 1921 y 1926 y que ella dirigió con tanto acierto y sentido de pertenencia. En los textos que allí escribió y en la naturaleza de la propia revista afloró su probado talento, no es de extrañar entonces que entre sus colegas fuera reconocida como "La Poetisa del Hogar". Fue una ferviente defensora de las causas de la mujer y sus publicaciones mostraban su carácter analítico y la madurez de su pensamiento. En la revista que lideró encontraron espacio los temas más disímiles: se destinguió por la frecuente publicación de poesía de autores cubanos y extranjeros, insertó secciones variadas para informar a los lectores sobre política internacional, artes, ciencias y reseñas sobre las actividades de la Asociación Femenina de Camagüey, siempre atenta a las necesidades de la provincia y a "desenvolver las iniciativas femeninas en pro del bien y la cultura para luchar por el mejoramiento y el bienestar general". Uno de sus méritos mayores fue fomentar el diálogo sobre temas tan polémicos como el rol de la mujer en los destinos de la Patria y el feminismo, donde opinaron mujeres y hombres respetando los criterios contrapuestos. Los invito entonces a continuar adentrándose en el mundo de mujeres como Isabel Esperanza Betancourt, Rosa Anders Causse, Ángela Zaldívar, Dolores Larrúa de Quintana y muchas otras, quienes mostraron ser legítimas herederas de la vasta tradición literaria y cultural del país, esencialmente de Camagüey, y son símbolos de un periodismo femenino de excelente factura. A ellas y a su periodismo me acerco en el libro La Revista de la Asociación Femenina de Camagüey: su discurso sobre la mujer y el feminismo, libro que próximamente saldrá a la luz por la editorial Ácana. Gracias a El Camagüey y a María Antonia Borroto por brindarnos la posibilidad de leer textos que nacieron de la pluma de estas autoras a propósito del Congreso Nacional de Mujeres en 1923 y por permitirme invitarlos a la lectura de mi libro donde también abordo estas temáticas.

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María Antonia Borroto
2 años

@Damaris Muchísimas gracias a ti. Estaré muy pendiente de la salida de tu libro y espero poder insertar algunos fragmentos aquí, en El Camagüey, el que también es tu casa. Saludos.

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María Antonia Borroto
2 años

@Damaris Muchísimas gracias a ti. Estaré muy pendiente de la salida de tu libro y espero poder insertar algunos fragmentos aquí, en El Camagüey, el que también es tu casa. Saludos.

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Jaine Labrada Ching
2 años

Que hermoso!!!! Gracias!!!

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