Turbia la vista, el horizonte abarca y descubre allá un haz de luz radiante, desde esta orilla que al dolor condena.
De ella al partir, tu majestuosa barca, dejando atrás estela deslumbrante, se aleja sobre el mar, blanca y serena!
Febrero 28, 1914
Tomado de la revista Gráfico, 7 de marzo de 1914, Vol.III, Num.53, p.5. El Camagüey agradece a Jaime López García la posibilidad de publicar este texto.
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Gaspar Barreto Argilagos
10 meses
Salvador Cisneros vivió varios años en Filadelfia, y pudo conocer más que la mayoría de los cubanos el proyecto democrático original de los padres de la constitución norteamericana, que tenía grandes limitaciones en cuanto a derechos de la mujer y de otros como los amerindios y los negros, pero superaba al resto de los proyectos de esa época. Sumaba una gran generosidad y una inmensa ética. Tuvo como gran limitación que no era bueno como comunicador. Roig comprendió si grandeza mejor que la mayoría de sus contemporáneos. Todavía hay enorme incomprensión de su obra y mucho ataque injusto en su contra.
A fines de 1977, la Dra. Ada Kourí Barreto, esposa de Raúl Roa, me invitó y comí en su casa. En esa oportunidad, Roa me dijo que tenía la intención de escribir un libro sobre Salvador Cisneros Betancourt, cuyo título sería El marqués jacobino. Ignoro hasta dónde llegó en ese proyecto, ya que no volví a tener oportunidad de hablar con el. Si analizamos cómo pensaba titular su obra, vemos que sintetizaba allí el origen social y la vocación de lucha junto a los desposeídos del prócer camagüeyano. Pocos saben que, en la tumba de su familia, el Marqués sepultó los restos del sargento mambí Gabino de Quesada, uno de los héroes del Rescate de Sanguily y miembro de su escolta, lo que muestra que había dejado atrás prejuicios raciales y se sentia honrado al depositar los restos del humilde héroe negro junto con los de los Marqueses de Santa Lucía.
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Gaspar Barreto Argilagos
10 mesesSalvador Cisneros vivió varios años en Filadelfia, y pudo conocer más que la mayoría de los cubanos el proyecto democrático original de los padres de la constitución norteamericana, que tenía grandes limitaciones en cuanto a derechos de la mujer y de otros como los amerindios y los negros, pero superaba al resto de los proyectos de esa época. Sumaba una gran generosidad y una inmensa ética. Tuvo como gran limitación que no era bueno como comunicador. Roig comprendió si grandeza mejor que la mayoría de sus contemporáneos. Todavía hay enorme incomprensión de su obra y mucho ataque injusto en su contra.
Gaspar Barreto Argilagos
10 mesesA fines de 1977, la Dra. Ada Kourí Barreto, esposa de Raúl Roa, me invitó y comí en su casa. En esa oportunidad, Roa me dijo que tenía la intención de escribir un libro sobre Salvador Cisneros Betancourt, cuyo título sería El marqués jacobino. Ignoro hasta dónde llegó en ese proyecto, ya que no volví a tener oportunidad de hablar con el. Si analizamos cómo pensaba titular su obra, vemos que sintetizaba allí el origen social y la vocación de lucha junto a los desposeídos del prócer camagüeyano. Pocos saben que, en la tumba de su familia, el Marqués sepultó los restos del sargento mambí Gabino de Quesada, uno de los héroes del Rescate de Sanguily y miembro de su escolta, lo que muestra que había dejado atrás prejuicios raciales y se sentia honrado al depositar los restos del humilde héroe negro junto con los de los Marqueses de Santa Lucía.