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Primer Congreso Nacional de Mujeres

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Primer Congreso Nacional de Mujeres

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Art.1. —Tiene por objeto este Congreso Nacional de Mujeres, fomentar el acercamiento moral e intelectual de todas las mujeres de Cuba, para trabajar unidas en la defensa de los altos intereses de la patria, del hogar y de la familia.

Art. 2—Podrán ser miembros titulares del Congreso todas las mujeres de la República.

Art. 3—La cuota de los miembros titulares será de cinco pesos. Con ella tendrá derecho a todos los privilegios del Congreso: presentar temas, voz y voto en todas las deliberaciones, asistencia a las excursiones, banquete de honor, función de gala, garden party, té bailable, recepciones, etc. y a recibir un ejemplar de la Memoria del Congreso.

Art. 4.—El Congreso celebrará sus sesiones de trabajo durante los días comprendidos del 1 al 7 de abril: las sesiones de apertura y clausura serán solemnes. Se celebrarán dos sesiones diarias: una diurna y otra nocturna. En la sesión diurna se leerán y discutirán las ponencias oficiales. La lectura no durará más de veinte minutos y en la discusión las argumentantes podrán hablar 5 minutos y la disertante contestará a todas en 15 minutos. En la sesión nocturna se leerán y discutirán los temas libres. La lectura no durará más de 15 minutos y en la discusión se observará el mismo orden que para las Ponencias Oficiales.

Primer Congreso Nacional de Mujeres en el Teatro Nacional. 
Revista de la Asociación Femenina de Camagüey. Cortesía de Damaris Hernandez Mari.


Bases para los temas del Congreso

Las Ponencias Oficiales y los Temas Libres podrán ser tratados bajo cualquier aspecto, pero nunca desfavorables al feminismo o sufragismo.

No tendrán carácter político ni religioso.

La lectura de las ponencias oficiales, no pasará de veinte minutos y un corto resumen en forma de conclusiones deberá ser enviado a la Comisión de Estudio de Temas antes del día 20 de Marzo de 1923.

La lectura de los temas libres no pasará de quince minutos y una copia de dichos temas deberá ser enviada a la Comisión de Estudio de Temas antes del día 15 de marzo de 1923.

La Comisión de Estudio de Temas tiene amplias facultades para no aceptar aquellos temas que no estuvieren de acuerdo con las bases indicadas.

Nota. —Además de los temas indicados a continuación puede tratarse cualquier otro de acuerdo con las anteriores bases.

Temario

1.—Necesidad de dar acceso a la mujer en el desempeño de todas las categorías, de aquellos cargos públicos que impliquen el gobierno y administración de intereses morales y materiales de su sexo.
2. —Derecho a la mujer para formar parte del tribunal que juzgue los delitos cometidos por las de su sexo.
3. —Necesidad de tribunales formados por mujeres para juzgar mujeres y niños.
4. —Necesidad de reconocer a los hijos ilegítimos los mismos derechos que a los legítimos. Conceder a la madre los mismos derechos que al padre para conservar consigo los hijos naturales reconocidos por el padre. Iguales derechos a la madre sobre los hijos que al padre en el matrimonio legal. Reconocimiento del derecho de la madre sobre los hijos.
5. —Igualdad en la legislación sobre el adulterio. Revisión del artículo 437 del Código Penal.
6.—Protección a las menores. Aumento del castigo a los delitos contra el pudor.
7. —Necesidad de la intervención de la mujer en la administración y gobierno de la beneficencia pública.
8. —Lucha contra la prostitución y trata de blancas.
9. —Lucha contra las enfermedades venéreas.
10. —Lucha contra el alcoholismo y las drogas heroicas.
11. —Mejoramiento de la vivienda obrera. Adopción de medidas para evitar que las habitaciones destinadas a la población obrera sean objeto de explotación. Mercados para obreros. Parques y bibliotecas circulantes.
12. —Embellecimiento de la ciudad. Protección a los monumentos y lugares históricos.
13. —Organización de cursos de puericultura y ciencias domésticas para mujeres.
14. —Reforma de la enseñanza femenina. ¿Responde el sistema de educación del país a las exigencias y tendencias de la vida moderna? Educación integral. Necesidad de crear escuelas públicas en número suficiente para que pueda cumplirse el precepto legal que hace obligatoria la enseñanza. Escuelas para anormales. Aumento de las escuelas nocturnas y creación de otras especiales.
15. —Ampliación de la educación física de la mujer. Terrenos de juegos. Necesidad de cultivar los deportes.
16. —Escuelas de enseñanza cívica para mujeres.
17. —Feminismo.
18. —Sufragio femenino.
19. —La mujer en el magisterio. Actuación de la mujer cubana en la escuela pública.
20. —La mujer en la Universidad.
21. —La mujer en el arte.
22. —La mujer en la historia.
23. —La mujer en la ciencia.
24. —La mujer en el periodismo.
25. —Importancia de la mujer como enfermera. Su actuación en la Cruz Roja.
26. —Actuación de la mujer cubana en las luchas por la independencia.
27. —La mujer y el cumplimiento de las leyes humanitarias. Amor y protección a los animales.
28. —Intervención de la mujer en la dirección de la enseñanza pública.
29. —Importancia de la actuación de la mujer en el hogar.
30. —Misión social de la mujer.
31. —Vigilancia sobre el trabajo de los menores en Cuba.
32. —Necesidad de equiparar el trabajo de la mujer al del hombre. A igual trabajo, salario igual.
33. —Los derechos del niño.
34. —Reconocimiento de una misma moral para los dos sexos.
35. —La mujer en la agricultura. Necesidad de crear escuelas agrícolas para mujeres. Propagación y desarrollo de la enseñanza agrícola entre las mujeres del campo. Enseñanza a las mujeres del campo, por medio de clases populares, conferencias, cine, folletos, etc., etc., de la dirección de una finca y del aprovechamiento de sus productos. Ingenieros agrícolas mujeres.
36. —Jardinería femenina. Amor a los árboles y a las plantas.

Las congresistas visitan el asilo-creche Menocal.
Revista de la Asociación Femenina de Camagüey. Cortesía de Damaris Hernández Mari.

Comité Provincial de Camagüey

Se constituyó en Camagüey el Comité Provincial que ha de entender en lo que concierna respecto de la representación de Camagüey en el Primer Congreso Nacional de Mujeres, organizado por la Federación Nacional de Asociaciones Femeninas de Cuba, congreso que se celebrará en La Habana desde el día primero al séptimo de abril próximo.

En el local de la prestigiosa Asociación Femenina de Camagüey, bajo la presidencia de la distinguida Sra. Isabel Martínez de Alquízar, Delegada Especial de la Federación Nacional, se llevó a cabo la designación de los miembros del citado Comité de nuestra provincia, resultando elegidas por aclamación las siguientes personas:

Presidenta: Sra. Emma Betancourt de Agramonte.

Vicepresidentas: Srta. Dra Rosa Anders Causse; Sra. Isabel Esperanza Betancourt de Betancourt.

Secretaria: Sra. Carlota Garcini de Sánchez

Vicesecretaria: Sra. Dra. Isabel Carrasco Tomasetti.

Tesorera: Sra. Hortensia Rodríguez de Varona Roura.

Vicetesorera: Srta. Ángela Malvina Díaz Socarrás.

Vocales: Señoras Dolores Salvador de Lafuente. Dra. Ángela M. Zaldívar, Rita María Rodríguez de Fernández, Clemencia E. de la Torre de Camacho, Ángela M. Varona de Valdivieso, Ángela Erotaberea de Pichardo, Celia Santos de Portilla, Alicia Lima de Santos, y señoritas Dra. Gertrudis Aguilera, Caridad Mata Barrios, Salomé Zayas Bazán, Berta G. Víquez, Blanca Rosa Acosta, María Durán, Virginia Agramonte Betancourt y Estela Agramonte Betancourt.



Leído por María Antonia Borroto.


Tomado de
Revista de la Asociación Femenina de Camagüey, Año II, No.28, Camagüey, abril de 1923, pp.9-10.

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Comentarios
María Antonia Borroto
3 años

Agradezco, una vez más, a Pável García la posibilidad de publicar este texto que nos acerca al hacer de la Revista de la Asociación Femenina de Camagüey. Poco a poco incluiremos otros atendibles textos de esta publicación, la que, al menos para mí, ha sido toda una revelación. A su vez, Damaris Hernández Mari nos hizo llegar las fotos que ilustran la publicación.

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María Antonia Borroto
3 años

De la tesis de licenciatura de la periodista Damaris Hernández Mari, tomo estos datos de la Asociación Femenina de Camagüey: A principios de 1920 se fundó la Federación Nacional de Asociaciones Femeninas de Cuba y sus ramificaciones a lo largo de la Isla llegaron al territorio principeño donde un grupo de féminas, pertenecientes a la clase media y alta, crearon la Asociación Femenina de Camagüey (AFC). Según consta en los registros la Asociación quedó oficialmente instituida el 14 de junio de 1920. Desde los primeros momentos el objetivo primordial de la nueva organización quedó muy claro: […] desenvolver las iniciativas femeninas en pro del bien y la cultura para luchar por el mejoramiento y el bienestar general, buscando para su concurso los elementos valiosos y decididos que integran nuestra sociedad, colaborando todas para la realización de tan bellos y nobles ideales. (Archivo Histórico Provincial Fondo Registro de Asociaciones, legajo 32, expediente 2, folio 1). La presidencia fue asumida por Isabel Esperanza Betancourt, escritora de probado talento y reconocida en la provincia por el epíteto de “Poetisa del Hogar”. Sus coetáneas veían en ella a una promotora de los valores identitarios de la cultura local y a una ferviente defensora de las causas femeninas, por lo cual la eligieron para presidir la organización en su primer año. Aurelia del Castillo fue electa presidenta de honor, función que desempeñó hasta agosto de 1920 cuando el cargo pasa a ser ocupado por Dulce María Borrero de Luján. En la presidencia efectiva van a sucederse Isabel Esperanza (1920 y 1923), María Teresa Guerra (1922 y 1925), Alicia Lima de Santos (1924) y Gertrudis Aguilera (1926). Durante seis años la organización contó con un medio impreso que le dio voz y visibilidad en el territorio: la Revista de la Asociación Femenina de Camagüey (RAFC). Damaris Hernández Mari: "Tratamiento periodístico al feminismo en la Revista de la Asociación Femenina de Camagüey, desde 1921 a 1926". Tutora: Doctora en Ciencias Olga García Yero. Universidad de Camagüey, 2015.

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Damaris Hernández
3 años

@María Antonia Borroto un placer contribuir con las fotografías de una revista a la cual me acerqué como parte de mi tesis de licenciatura en Periodismo y que durante seis años dialogó sobre los feminismos, en plural, porque diverso fue este movimiento y diversas las maneras de entenderlo y asumirlo. Muchas mujeres fueron cambiando su visión sobre el tema gracias a las polémicas que se desataron en la revista y donde participaron mujeres y hombres.

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María Antonia Borroto
3 años

@Damaris Esperamos poder tener pronto un texto tuyo, anticipo de tu libro premiado en el pasado concurso Emilio Ballagas. Muchas gracias por la colaboración y por facilitarme tu tesis.

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María Antonia Borroto
3 años

En la citada investigación, se incluye una opinión de una de las colaboradoras, Antonia de Guevara, a propósito de esa suerte de "mala palabra" que es para algunos el feminismo: "Existe la errónea idea de que Feminismo para nosotras es libertad absoluta, incumplimiento de los deberes del hogar y hasta la extinción del amor y la coquetería y deseos de agradar tan natural en la mujer joven. ¡Cuán equivocados están los que así piensan! La mujer con raras excepciones es dulce y afectuosa por naturaleza y por más ocupaciones que tenga fuera del hogar, jamás abandonará las atenciones que debe al esposo y a su familia, porque si tiene que ausentarse por largas horas porque fuera tiene que cumplir sus compromisos, todo lo dejará tan ordenado que en nada afectará su ausencia la buena marcha de su casa".

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María Antonia Borroto
3 años

Y agradezco a la propia tesis de Damaris que en su cuerpo de notas precise algunas tendencias del feminismo. Feminismo radical: Corriente feminista defendida por Kate Millet en su Política sexual (1969) que resalta el papel de la sexualidad en la subordinación de las mujeres, relegadas a ser meras reproductoras. Denuncia cómo los valores liberales solo son aplicables a los hombres y argumenta que es la institución social del género (patriarcado), y no el sistema económico, el origen de la opresión de las mujeres. Feminismo de la diferencia: Corriente nacida a mediados de los ʽ70 que aboga por la no equiparación de la dualidad de un género al otro, sino más bien por el desarrollo de la diferencia genérica femenina en todos los órdenes simbólicos. Su lema es “ser mujer es hermoso” y argumenta que el lugar que ocupa la mujer en el mundo no está únicamente determinado por el espacio que les ofrece la sociedad sino también por su cuerpo, cuya estructura y ciclos vitales determinan de alguna forma su visión sobre el mundo. Sus representantes más importantes son Virginia Wolf, Luce Irigaray y Luisa Muraro. Feminismo de la igualdad. También llamado feminismo ilustrado, es el movimiento que arranca de la reclamación histórica de las mujeres en los siglos XVII y XVIII. Denuncia la elaboración de diferencias de género, constituidas por la razón patriarcal como categorías naturales, cuando no son sino constructos sociales y culturales. Simone de Beauvoir, Seyla Benhabib, y las españolas Celia Amorós y Amelia Valcárcel son exponentes de esta corriente feminista. Feminismo liberal: Se caracteriza por definir la situación de las mujeres como una desigualdad, no como opresión ni explotación, y por postular la reforma del sistema hasta lograr la igualdad entre los sexos. Las liberales comenzaron definiendo que la exclusión de la esfera pública era el problema principal de las mujeres. Su defensa del derecho a la participación democrática de la mujer en el Estado Liberal fue una de las bases del sufragismo.

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Javier Vázquez
2 años

@María Antonia Borroto Qué interesante. ¿Con cuál te identificas tú? Tengo curiosidad...

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María Antonia Borroto
2 años

@Javier Vázquez Me dejas pensando... Nunca me lo había planteado así. Me imagino que para algunos casos sería un feminismo de la diferencia y para otras de la igualdad. Estoy siendo tal vez muy heterodoxa. Tal vez sea feminista a lo María Antonia... Lo que, desde ciertas perspectivas, no permitiría que me clasificaran como tal. Lee mi siguiente comentario, es de un año atrás, pero aún lo suscribo. No te imaginas las discusiones que he tenido sobre el feminismo últimamente, lo que agradezco, pues me ha obligado a repensar muchas cosas, a repensarme. Bueno, eso es la vida, ¡no?

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Javier Vázquez
2 años

@María Antonia Borroto ¡Tal como supuse!

María Antonia Borroto
3 años

Yo, en lo personal, prefiero hablar en términos de "feminismos". Lo poco que hasta este minuto he podido revisar de la revista de la Asociación Femenina de Camagüey, me permite suponer que allí confluyen diversas posiciones al respecto. También me llama la atención la amplitud del temario propuesto para el Congreso de 1923 y el hecho de que el feminismo sea apenas un tema más (el número 17). Hojear esta revista, y leer este texto en particular, me hizo recordar a Ofelia Rodríguez Acosta, quien tenía bien claro, en opinión de Zaida Capote, que el feminismo era sinónimo “de hacer obra de mejoramiento social. Como afirmaba entonces, poniendo en juego argumentos útiles para la aceptación de la palabra y su sentido, «feminismo no es masculinización; feminismo es, precisamente, divinización del hombre, puesto que hace de la madre un agente directo de la formación intelectual, sentimental y humana del hijo; feminismo es obra de higiene social», por eso, continúa, «hay que formar [a la mujer], a la que hay que enseñar qué es feminismo, qué es derecho, qué es razón»”. (Zaida Capote: "Ofelia Rodríguez Acosta en tres espacios de divulgación feminista".) Y también he recordado a la abogada Ofelia Domínguez. Cito a continuación un párrafo de mi libro "Arreglamundos: mujeres y periodismo en Cuba", en particular del ensayo sobre Mariblanca Sabas Alomá: "En la época era tal nuestra privación de derechos que el documento “La situación jurídica de la mujer cubana en 1928”, de la abogada Ofelia Domínguez es poco menos que espeluznante. Escrito en segunda persona —para que cada lectora comprendiera su deplorable estatus legal—, posee varios epígrafes con títulos elocuentes y admonitorios: “Dentro del matrimonio eres propiedad del hombre”, “Tu patria no es la tuya, sino la de tu marido”, “Ni a la administración de tus bienes tienes derecho”, “Casada, no tienes personalidad ante los tribunales”, “Se te priva del derecho humano de guiar a tu hijo”, “Hasta en el divorcio encuentras la burla a tus derechos”, “Ante la tutela estás equiparada con el más degradado de los hombres”, “Ante el consejo de familia no eres persona”, “Tú no puedes ser testigo”, “Tienes el deber de contribuir a las cargas del estado”, “No se te consulta para dictar leyes ni para elegir gobernantes”, “Eres plenamente responsable ante las leyes penales”, “La ley es parcial en el delito de adulterio”, “La ley le dice a tu marido y a tu padre que te pueden matar”. El texto, con una claridad casi notarial y escrito en nombre de la Alianza Nacional Feminista, al tiempo que solicitaba a cada destinataria analizar tal panorama —del que tal vez no fuera totalmente consciente— y ser parte de la cruzada que involucraba no sólo a las mujeres: “consulta a tu razón y a la justicia que llevamos todos en el fondo de nuestra conciencia y decide entonces, si debes luchar o no, por la conquista plena de tus derechos civiles y políticos”."

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María Antonia Borroto
3 años

Me es casi imposible no hablar de Mariblanca Sabas Alomá (digamos, de pasada, que anhelo encontrar algún texto suyo referido a algún camagüeyano o a Camagüey y poder incluirla aquí). Decía que es casi imposible no hablar de ella y de sus batallas, de la manera en que ella misma veía el feminismo, de la cámara de ecos que resultó ser su periodismo, de ese sentido dialógico que siempre tuvo, pues incluyó las opiniones de muchos de sus contemporáneos, gracias a las cartas que puntualmente le remitían a la redacción de Carteles. Dejo como botón de muestra estos fragmentos suyos, tomados de su libro Feminismo (1930), reditado por Oriente en 2003: "Las razones de orden biológico en que pretenden apoyarse los partidarios de la no concesión del derecho de sufragio a la mujer, son tan infantiles y tan tontas que apenas merecen un ligero comentario. […] Es cómodo determinar de semejante modo las funciones específicas de carácter social que la naturaleza nos ha enseñado a hombres y mujeres. Yo, por mi parte, he tratado de demostrar con mi propio ejemplo que una mujer puede pensar, y sobre todo actuar como miembro integrante del conglomerado social, sin que pierda por ello los atributos genuinos y verdaderos de su feminidad. Para el harem (sic), la hembra. Para el hogar, la mujer". (p.86) "Los que escribimos para el público, dejamos de ser honrados cuando ocultamos hipócritamente nuestra verdad. Tenemos el deber, sobre todo, cuando intentamos realizar una labor de profilaxis social, de mostrar al desnudo los males que —según nuestro leal saber y entender— minan el cuerpo (¡y el alma!) de la humanidad. ¿Qué diríamos del médico que intentara cubrir con pétalos de rosas la pestilente llaga de un paciente? ¿Nos inspiraría acaso el menos respeto su actitud?" (p.41) "Mujer, mujer mansa y suave, mujer ignorante, tratada, vencida, mujer —negación, mujer— sedentaria, inútil, humillada, explotada, mal-angustia, mujer-lágrima ¡levántate y anda! Despoja de telarañas tu conciencia, de sombras tu cerebro, de mentiras tu corazón. Vierte en la corriente oscura del río de la vida tu lastre de inutilidad, de prejuicios, de sufrimientos, de fracasos. Libra tus rodillas del callo secular: ¡levántate y anda! Calla en tus labios la oración estéril. Orar es trabajar. Orar es crear. Orar es amar. Trabaja. Ama. Crea. Dáte a la humanidad en algo más que en cuerpo perecedero; dáte en savia inmortal de acción y pensamiento, dáte en liberación y en superación constantes, dáte en generosidad que no aspire a premios y en fuerza viva que no tema castigos. Dáte en ti y por ti misma, a todo y a todos. No en el solemne pero fugitivo goce de la carne, sino en el inmenso, vibrante, fecundo y perdurable goce del espíritu". (p.183) Este último párrafo, del artículo "Levántate y anda", siempre me emociona, y me recuerda a las mujeres de mi familia... De ellas ya he hablado en otros momentos, quienes me ratifican algo, a mi modo de ver, esencial: ellas tal vez no sabían nada del feminismo, ni se hubieran reconocido como feministas, sin embargo, creo que lo eran y que estaban imbuidas de muchas de esas ideas. Eso lo he venido a comprender con los años cuando me he vuelto reacia a los ismos, absolutamente a todos.

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María Antonia Borroto
3 años

Y esto me lleva a otra gran mujer y periodista: Rosa Hilda Zell. Acabo de hacer varias búsquedas en la versión en formato Word del libro donde compilé sus textos —Páginas muy bien condimentadas, Editorial Oriente, 2018 (que, aunque ya impreso, aún no ha llegado a mis manos)— y ni siquiera una vez usa la palabra feminismo. La primera sorprendida fui yo, lo confieso. Quizás ya ella, en la segunda mitad de los cuarenta y en los cincuenta, sabía la suerte de maldición que pesa sobre esa palabra y eligió no usarla. Ello es posible, por supuesto. Pero más allá de eso, lo cierto es que en El menú de la semana apuesta por la dignidad femenina y complejiza, incluso, las nociones sobre lo femenino y su participación social. Termino con algunos fragmentos suyos de un texto donde sopesa el Primer Congreso Nacional de Mujeres y cómo muchos de los puntos de su agenda se mantenían como asuntos pendientes años después, y donde menciona los retratos de dos camagüeyanas, Isabel Esperanza Betancourt (a quien ya es hora de traer a El Camagüey) y a Rosa Anders: "Y entre una infinidad de derelictos semejantes a los que yo acababa de arrojar de mis dominios, encontré un pobre libro tan maltratado que solo gracias a varias vueltas del cordel mantenía la integridad de su persona. Viejo de veintinueve años, roto y desguarnido, tristísima sombra de su ser, primerísimo premio en un certamen de invalidez, así y todo me lo traje conmigo, porque era su título uno que desde ha tiempo buscaba: “Memorias del Primer Congreso Nacional de Mujeres, Organizado por la Federación Nacional de Asociaciones Femeninas”. "Jamás lo hiciera: desde que llegó a casa, no he tenido tiempo para otras lecturas. Y no porque me parezca trascendental y de la clase de esos de que no puede prescindirse; por el contrario, a cada rato leyendo he de reírme para mis adentros de la seriedad con que plantea cuestiones que a estas alturas resultan triviales, si no pueriles. (En cambio, a ratos asombra la visión certera, el enfoque, valiente, la amplitud de criterio de alguna mujer cuyo nombre hoy no nos dice nada.) Y da pena comprobar cómo ha veintinueve años se peleaba por tanta cosa necesaria como todavía nos tiene en pie de guerra: los tribunales de menores, por ejemplo. "Luego, están los retratos de Mariblanca: una damisela encantadora, rostro candoroso de ojos enormes. Piedad Maza, con no sé qué dejos de ángel de biscuit. Charito Guillaume, avispadita, sonriendo. Hortensia Lamar, de perfil —un perfil muy puro, claro está—, escote redondo, cuello níveo, cabellera negrísima que se adivina partida al medio y recogida en uno esos moños que entonces no olían a postizo. Adriana Bellini, casi joven, Marta Pérez Govín, oteando el horizonte desde uno de esos muebles híbridos de lira y sofá cuyo nombre no conozco y que al parecer formaban parte del equipo de todos los fotógrafos profesionales de la época. Loló de la Torriente, de melena, un rizo caído sobre el ojo izquierdo, un collar interminable colgándole de la nuca. Isabel Esperanza Betancourt, esa gran criatura que la posteridad ha desconocido, con dos claveles blancos sobre los trabajosos bordados del traje oscuro. Rosa Anders severa y afable, togada. "Una pasa las páginas de este libro sonriendo al principio, porque es tan ingenuo, y está tan pasado de moda; después da tristeza. ¿Qué se ha hecho de todo eso? Algo se ha conseguido, pero muy poco; en lo fundamental, estamos aún donde estábamos, como lo demuestran las gestiones del Club de Mujeres Profesionales por conseguir la aprobación del (necesarísimo) Código Integral de Menores, cuyos postulados están en esencia sostenidos en los tres temas presentados por Hortensia Lamar, esa Concepción Arenal que tuvo la desgracia de nacer en Cuba. El lenguaje es romántico, desesperadamente romántico, pero no por serlo deja de decir verdades, a muchas de las cuales todavía hoy conviene prestar atención". Cita a Hortensia Lamar: "Urge —dijo Hortensia Lamar—, si queremos conservar y engrandecer el hogar cubano, preparar a la mujer para su defensa, instruyéndola de los peligros exteriores, de los males colectivos, que se reflejan e influyen en el hogar, debilitándolo; que nada hay hermético, ni aislado. Hoy, en esta vida inquieta, afanosa y expansiva, el hogar se dilata, se extiende y está en todas partes: en la escuela, en el taller, en la oficina, en los campamentos, en el laboratorio: su límite es el mundo; está dondequiera que esté el amante corazón de las madres. Y en todas partes puede hallarse el germen de enfermedad y muerte, física o moral, que lo hunda en la amarga alma del dolor. "No nos queda, pues, otro remedio; hay que creer con Hortensia Lamar que son misma cosa el hogar y la patria, e influir, como madres, en todo esfuerzo encaminado a elevar el nivel de vida, mejorar la alimentación y depurar la higiene de todo el país. "Ya en abril de 1923, Hortensia Lamar pudo citar el agua como arma necesaria a la defensa del hogar cubano. Al cabo de veintinueve años, seguimos careciendo de esa arma. ¿Cuántos más tendrán que pasar, antes que nos decidamos a conseguirla?" (Bohemia, Año 44, Núm. 27, 13 de julio de 1952)

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Romel Hijarrubia Zell
3 años

@María Antonia Borroto Rosa Hilda tenía un enfoque sobre los derechos y la libertad de la mujer que partían más de su igualdad ante la Ley y los Derechos Civiles que sobre el "feminismo" es decir, la mujer buscando su "Hueco" en una sociedad masculina mediante agrupaciones exclusivamente femeninas las que, por demás, en unos casos representaban las intereses y aspiraciones de la capa media-alta de mujeres y en otros pretendían representar los de las trabajadoras en un sentido amplio. Entre estos dos tipos de organizaciones existieron diferencias importantes al igual que contradicciones más o menos públicas. La posición de Rosa Hilda era la lucha de la mujer dentro de los movimientos sociales y políticos, no aislada en grupos exclusivamente femeninos. En un momento del surgimiento del movimiento feminista fue útil esa forma de agrupación, pero ya a finales del XIX y principios del XX lo correcto era que se integraran en la luchas por los derechos tanto de las mujeres como de los hombres. R.

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María Antonia Borroto
3 años

@Romel H. Zell Tal vez por eso nunca usó la palabra, aun cuando (desde una perspectiva contemporánea) su pensamiento pudiera identificarse con ciertas tendencias del feminismo. Le agradezco muchísimo la aclaración. Y ese matiz que usted aporta es muy importante hoy en día. A veces noto cierta tendencia a la agrupación en ghettos o algo más o menos parecido para reivindicar derechos. Leyéndolo me ha venido a la mente un texto de Aurelia Castillo que conocí hace tiempo pero que no conservo (por eso no he podido publicarlo) sobre el daño moral de la esclavitud, tanto a las amas como a las esclavas (estaba centrado en las mujeres). Y recuerdo que hacía análisis muy interesantes y apuntaba esa arista que no siempre tenemos en cuenta y que usted apunta: tales asuntos (bien sea la cuestión que ahora llamamos "de género" y los problemas raciales) requieren una mirada integradora y el concurso de todos.

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María Antonia Borroto
3 años

Lo cierto es, amigos míos, que somos el resultado de este largo proceso, que si bien muchas de las batallas de esos tiempos ya han sido trascendidas y hasta nos pueden parecer un poco desaforadas, todos, hombres y mujeres, les debemos muchísimo, aun cuando no siempre seamos capaces de reconocerlo. Hoy, buscando otra cosa, me dio por registrar "La república de Cuba al través de sus escritores" (1958), de Marcelo Pogolotti (ya tenemos un cuadro suyo acompañando uno de nuestros textos), y me he topado con un texto con un significativo título, "La revolución de las mujeres". Veamos qué dice: "Ha sido radical el cambio operado en la mujer cubana desde los inicios del tercer decenio de la república. Conforme la presenta Carlos Loveira en sus novelas, por aquel entonces parecía incapaz, y a veces indigna, salvo excepciones, de marchar junto al hombre como compañera. Hoy día no sólo se ha emparejado el desnivel, sino que se invierte con frecuencia, especialmente en el terreno cultural, al extremo que la igualdad va siendo una meta masculina más que femenina." Acto seguido se pregunta a qué se debe esa evolución tan rápida y la respuesta a mí misma me sorprende un poco. Sigamos leyendo: "No cabe duda de que el agente catalizador, tan paradójicamente como en otros extremos, fue el machadato. La lucha contra la dictadura sacó a la mujer a la calle, donde se mostró de todo punto (sic) digna del comportamiento de sus abuelas mambisas en la manigua. De cómo secundó y amplió la labor de los rebeldes, de cómo protestó en la vía pública y encubrió a los perseguidos, dan fe algunas páginas de Gonzalo de Quesada y Miranda. Por su parte, Pablo de la Torriente Brau hace una vívida reseña del acto de protesta contra la muerte de Rafael Trejo a manos de la policiía machadista, organizado por un grupo de mujeres. (...) La mujer revolucionaria cubana se mostró a la altura del hombre en toda circunstancia. Por eso, al caer la dictadura, se encontraba junto a él, en igualdad de condiciones, combatiendo sus derechos y deberes." Me parece una perspectiva muy interesante: ver la revolución de los años 30 (acabo de reparar en que ya casi nunca hablamos de esos sucesos en términos de "revolución") como un catalizador implica reconocer que ya estaban dadas las condiciones para una peculiar "reacción química": la propia convocatoria al Congreso que hemos publicado, la existencia misma de la Asociación Femenina de Camagüey, el surgimiento del Camagüey Tennis Club (del que ya hemos tratado en estas páginas virtuales) y otros muchos elementos (la propia labor formativa de las maestras, pongamos por caso, con novedosas técnicas pedagógicas y un acendrado sentido de la modernización de la vida y de las costumbres) forman parte de ese tejido al menos en Camagüey, tejido sutil, nada vocinglero, pero no por ello inexistente. Quién sabe si de esas características suyas nació precisamente su fuerza...

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María Antonia Borroto
2 años

Releo la convocatoria al congreso teniendo todavía muy fresco el debate a propósito del caso Fernando Bécquer. Más que el caso en sí —y su relación con otros asuntos también muy urgentes para Cuba—, me interesa resaltar que hay puntos de la agenda de 1921 que perfectamente podrían estar en la agenda actual. Marco apenas uno: "Protección a las menores. Aumento del castigo a los delitos contra el pudor." Ahora no le llamaríamos así, por supuesto, pero, indiscutiblemente, la necesidad de mayor rigor en la aplicación de las sanciones previstas y tal vez hasta las propias sanciones ha estado en el candelero, como mismo lo ha estado la impostergable necesidad de una Ley General contra la Violencia. Comparto, tal como hice en mi muro personal en Facebook, esta publicación de la investigadora Ailynn Torres, pues comparto muchos de sus puntos: Sobre #Cuba, no sobre el #casobecquer Los "casos" específicos pueden servir para amplificar la política más general y de fondo sobre problemas que nos importan. Si ese "caso" genera consensos amplios sobre el problema, mejor. Si sirve para mostrar la complejidad de ese problema, si convoca voces diversas -institucionales y no institucionales, feministas y no feministas, etc.-, pues mejor aún. Si contribuye a poner en la agenda pública otros "casos" que sólo son tales para las familias y personas cercanas porque no calan en la sensibilidad colectiva, estamos hablando de otra cosa, mejor. Evitar la política del espasmo... de espasmo en espasmo, de aparente sorpresa en aparente sorpresa y de indignación de corto plazo en indignación de corto plazo, es uno de los caminos. El "caso Bécquer" es ejemplo de cuánto se puede hacer en trama colectiva, porque las mujeres agredidas por él nos lo mostraron, trenzándose. Pero el "caso Bécquer" puede ser una indignación más, un espasmo más, que se agote en la esfera pública (no así en las fibras de a quienes violentó) dentro de demasiado poco. Si se revoca la pena subsidiaria, quizás dé una cierta sensación de victoria, aunque bien se sabe que las penas carcelarias poco hacen para resolver el problema en general. Pero el "caso Bécquer" podría ser algo más, si lo hacemos posible. Si además de la indignación más o menos creativa, y el tono de voz más o menos alto, traducimos esa rabia política en demanda de fondo, damos un paso más. Si sirve para recordar que más de tres años después del pedido formal y su negativa, aún no tenemos ley integral contra la violencia de género. Si es la base para volver a exigir que se hagan reales los anuncios de la Federación de Mujeres Cubanas de un Observatorio de Femicidios que no existe, años después. Si nos recuerda que no hay información sobre procedimientos, garantías ni resultados de la línea telefónica de denuncias por violencia de género, más allá de la magra cifra que dieron oficialmente en 2020. Si nos vuelve la vista sobre el eje de violencia de género del decreto presidencial 198/2021, del cual no ha habido noticia. Si nos permite exigir que para este y todos los casos se aplique la "Estrategia integral de prevención y atención a la violencia de género y la violencia en el escenario familiar", de la cual tampoco sabemos nada. Si nos recuerda que, a pesar de las 165 consejerías que se dice que abrieron para atender a mujeres en situación de violencia, el escenario no parecería mejorar. Si nos permite tomar conciencia de lo pírrica que es la cifra de 1200 personas atendidas en las Casas de la Mujer y la Familia en 2020. Si nos permite pedir todo lo anterior sin que el pedido sea respondido con un "se hacen muchas cosas pero no se publicitan", porque es deber de las instituciones rendir cuentas y, de ese modo, estar abiertas al escrutinio y a la colaboración pública. Si nos recuerda que en situaciones de crisis, las violencias basadas en género y sexualidad aumentan, y que en Cuba hay muchas crisis cruzadas en este instante. Si nos activa la misma indignación para Yeniset Rojas, desaparecida. O para Damari Rodríguez Domínguez, a quien asesinaron hace cinco días en acto feminicida. Si el "caso Bécquer" trasciende al "caso Bécquer", sin desconocerlo, estaremos más en el camino de que ni a las violentadas por Bécquer ni a ninguna otra, nos vuelva a pasar.

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Javier Vázquez
2 años

@María Antonia Borroto Pusiste el dedo en la llaga. Tengo entendido que ha habido unos cuantos feminicidios este año en Cuba.

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María Antonia Borroto
2 años

@Javier Vázquez Más de veinte, a pesar de que la ciudadanía no tiene acceso a estadísticas confiables. Es un asunto delicado. Hoy mismo (17 de abril de 2023) leí que hay una joven desaparecida. Muy triste.

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María Antonia Borroto
2 años

Y la revocación de la pena inicial (el hecho de que, como muchos pidieron en un inicio, Bécquer esté finalmente tras las rejas) es resultado, en buena medida, de la presión ejercida desde las redes sociales. Es un nuevo escenario, nuevo ágora para propiciar debates ya impostergables (y en este minuto no estoy pensando únicamente en los temas a los que Ailynn Torres nos convoca) y que no siempre sopesamos ni utilizamos inteligentemente. Se está gestando una nueva correlación de fuerzas en el ámbito comunicativo, ya la "verdad" no es patrimonio exclusivo de los medios oficiales, y eso es algo con lo que el poder político en Cuba no está acostumbrado a lidiar. Debemos estar muy alertas a los debates (si es que los hay) sobre la nueva Ley de Comunicación, pues ya he visto alzarse voces que dudan incluso de la necesidad de una ley de comunicación en Cuba, que aseguran, como lo hace en su muro de Facebook Javier Gómez, decano de la Facultad de Medios Audiovisuales del ISA, lo siguiente: "Es difusa ideológicamente (la Ley de Comunicación, en proceso de análisis), en un país asediado ideológicamente. "No asume la guerra mediática a la que estamos sometidos, ni prohíbe explícitamente el financiamiento extranjero para los fines de esta guerra. "En un país sometido a una guerra comunicacional, una Ley de Comunicación debe ser una ley de guerra. ¿Esta lo es? En el texto se hace evidente la posibilidad de que se establezca una prensa privada en el pais, sorteando los vericuetos de "medios fundamentales y no fundamentales"¨ que establece. ¿No hemos aprendido nada de haber criticado tanto los "medios privados" de otros países? Esa crítica no puede quedarse en una retórica, tiene que ser una convicción. "Es inadmisible que una ley en Cuba permita que haya financiamiento para acciones comunicacionales que pueda mantenerse como no público. Nada menos que en este país, bajo el asedio en que vive. Son cosas elementales."

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Javier Vázquez
2 años

@María Antonia Borroto No me extraña que los fundamentalistas alcen sus voces.

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María Antonia Borroto
2 años

@Javier Vázquez Lo extraño sería que no lo hicieran.

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El Camagüey
2 años

Ya han sido incluidos varios textos relacionados con el Congreso Nacional de Mujeres de 1923. Se trata de las ponencias presentadas por las delegadas camagüeyanas, de un texto de Roberto Méndez sobre Rosa Anders y Ángela Zaldívar y el discurso de despedida de Dulce María Borrero de Luján. Los interesados podrán acceder a ellos a través del siguiente enlace: https://bit.ly/43ARpch

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