Pequeñas, leves... Creo en ellas!
No lo digáis. Las han cortado
y aún tienen savia las doncellas
y su perfume no ha expirado.
Desprendidas de las querellas
que las cuerdas han suscitado
así cansadas son más bellas
en paréntesis hechizado.
Vivid, flores de la pared!
Azules, blancos, amarillos...
en la atmósfera floreced.
O! gracia como de junquillos!
Danzad! En júbilo creced
bajo la lluvia, jilguerillos!
(1951)
Tomado de Obra poética. Compilación y prólogo de Enrique Saínz. La Habana, Ed. Letras Cubanas, 2007, pp.223.
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