Ésta es la vieja sala familiar. Aquí un día El padre de mi padre miró con alegría A sus hijos y nietos juntos en la reunión; Y aquí entre cuatro velas durmió su último sueño La madre de mi madre, y se cumplió su empeño De rezarle un rosario como única oración
Por la ventana abierta, el Sol de la mañana Derrama alegremente su bendición cristiana, Mientras la vieja criada, rosmando algún cantar Va sacudiendo todo, debajo la mirada De la Abuela, en un marco severo retratada Por un pintor anónimo que nadie ha de nombrar.
Aquí fue donde una tarde de fin de año, —Ya pensaba en los Reyes y en su divino engaño— Vi que comentaban, juntos en un rincón, Mi padre y mis hermanos, cosas que no entendía. Y luego, vi a mi madre rezar, y que decía: Haz , Señor, que termine esta revolución.
Todo sigue lo mismo. La Abuela está en su marco Severamente triste, viendo que sobre un charco De Sol, vuela una mosca y vuelve a revolar. Nada turba el silencio. Todo está como antaño. Únicamente yo, cansado, todo el año Miro que va pasando sin Reyes que esperar.
Portada de la revista Social donde apareció este poema.
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