Ya tenemos bando. Nuestra primera autoridad municipal ha dictado la clásica disposición permitiendo al pueblo divertirse, gritar, emborracharse, tirar serpentinas y hacer todas esas diabluras que por esta misma época nos son dables a realizar, siempre que el relajo sea con orden.
Ya pueden pues, los madrugadores sanjuaneros correrla como querían, sin necesidad de andar obteniendo papelitos del burgomaestre, en virtud “del papelón” que éste acaba de lanzar.
¿Pudiera saberse, lector, cuáles son sus planes para pasar la temporada sanjuanera lo más agradable que le sea posible?
Yo creo que ésta es una pregunta de muy fácil respuesta. Usted me dirá, de seguro, que para divertirse no han menester planes. Esta grave tarea queda para el que va a hacer una inversión de dinero o para el que va a realizar un viaje o para el que tiene en proyecto una cacería en el centro del África. ¿Pero para divertirse en Camagüey, va a ser necesario hacer un plan, sujetando a él nuestras actividades, cuando precisamente lo que de más encantador el carnaval tiene es que por un momento todo plan se olvida, toda línea recta se abandona y toda razón se sustituye por la ingenua locura de las serpentinas y de las borracheras? ¡Pues no faltaba más que fuéramos a hacer ahora una lista de nuestras diversiones y de nuestros paseos! ¡La cuestión es aprovechar las que vengan y se acabó!
Sin embargo, yo confieso que tengo mi plan para correr el San Juan. Es muy sencillo. En primer lugar, me hago, por lo menos, dos o tres trajes de dril blanco con el sastre de las personas que saben vestir, Sr. Leoncio Barrios. Estos trajes de dril blanco son para correr el San Juan en automóvil, y para correrlo a caballo (cosa que también pienso hacer) me hago con el mismo sastre una docena de “guayaberas” que en materia de frescura, sólo le ceden el puesto a las gaseosas de Pijuán, y eso, porque una gaseosa se puede tomar y una guayabera, según las noticias que yo tengo, nadie se la ha empujado todavía. ¡Ah, si se pudiera hacer un refresco de guayaberas, nada iba a ser tan fresco como eso!
Bueno, pero sigamos mi plan. Después de hacerme esos trajes, me compro un caballo. Yo no sé montar en realidad a caballo, pero como el San Juan se ha hecho para muchas cosas, yo quiero utilizarme (sic) también para hacerme jinete. Yo ya he consultado el caso y, según la docta opinión de muchos amigos míos no demoraré sobre cinco o seis días en ser más diestro que un Tom Mix, lo cual quiere decir que puedo, en los nueve o diez días que me queden, dar más brincos en un penco que los que diera durante toda su agitada vida William Cody, alias Búfalo Bill…
Después de todo, lo más que me puede pasar es que una de estas tardes de carnaval me despanzurre por ahí, y esto es una cuestión que me tiene sin cuidado, en virtud de que, en caso de que muera, tengo una funeraria como la de los señores Varona, Gómez y Cía., que ha de hacerme el entierro con todos los honores correspondientes a mi elevada categoría y, si es posible, sin que me cueste un quilo porque no es la primera vez que estos apreciables señores han servido un tren fúnebre completo sin cobrar un solo centavo al difunto ni a sus familiares…
Bueno, pues sigo mi plan. Además de montar a caballo, si lo consigo, tengo el propósito de montar en coche, si acaso tengo la suerte de que los dineros me acompañen para realizar tal cosa; y si el menudo anda corto y por consiguiente el coche se pone lejos, todavía me queda la esperanza de encontrar un fotinguero magnánimo que, apiadado de mi situación, se disponga a darme su vueltecita boba por el cordón, sin cobrarme un quilo…
Pienso coger, en cuanto tenga la primera oportunidad mi jumita, ya que Bacardí no ha de faltarme y tengo, por otra parte, una cama comprada en la acreditada ferretería del apreciable comerciante Casildo López, que es capaz no sólo de quitar una borrachera, sino hasta de hacerle perder el vicio al mismísimo José, El Chiquito, si tuviera oportunidad de dormir en ella.
Las demás partes de mi plan se reducen a cosas inofensivas: comprar serpentinas, si acaso tengo dinero; comprar confetis, siempre que la situación me lo permita; disfrazarme, cantar, etc., etc., etc.
Lo que sí puedo asegurar es que, de cualquier manera, cojo, tuerto, mudo, enfermo, paralítico, correré el San Juan de este año, cosa que no dejaré de hacer ni aun en el caso —es un ejemplo, se entiende—, de que corriéndolo me expusiera a desgraciarme y perder la oportunidad de seguir admirando como hasta hoy los excelentes trabajos en cemento que hace en esta ciudad el Sr. Manuel Zabalo.
Interino
Sábado 14
Publicado originalmente en El Camagüeyano, 14 de junio de 1924. Tomado de Nicolás Guillén: Pisto manchego. Compilación y prólogo de Manuel Villabella. La Habana, Ed. Letras Cubanas, 2013, t.I, pp.316-318.
Nota de El Camagüey: Entre 1924 y 1925 Nicolás Guillén asumió la redacción de la sección Pisto Manchego, en el periódico El Camagüeyano, una sección que combinaba la crónica periodística y la publicidad comercial. Debía anunciar los servicios de una funeraria, de un sastre y de El Baturro, las gaseosas Pijuán y el Colmado La Palma, la Casa Mendía, los muebles de Casildo López, los cigarros de Calixto López... La sección era diaria y muy ocurrente. Había sido creada por un periodista español, de apellido Santovenia, y su nombre, el de un plato español, es una metáfora precisamente de la mezcla consustancial a su espíritu, a medio camino entre el periodismo y la publicidad.
Comentarios
Alma Flor Ada
3 añosEl auto que aparece en la foto, decorado para la fiesta de San Juan pertenecía a mi bisabuelo, don Federico Salvador Árias, de los caballeros con sombrero de pajilla, don Federico es el posterior. A su lado, conduciendo el auto uno de sus yernos.
Alma Flor Ada
3 añosLas muchachas mayores en el coche son algunas de sus hijas: Gloria, Hortensia, Dolores (Lola) y Maria Salvador Mendez. Las más acompana en la parte posterior del vehículo, su hermano Feedrico Salvaodr Mendez. Los hijos más jóvenes son de apellido Salvador Sola.
María Antonia Borroto
3 años@Alma Flor Ada Muchísimas gracias por estos datos.
Leopoldo Vázquez
3 añosQue original, bella cronica. Felicidades
María Antonia Borroto
3 años@leopoldo vazquez También publicaremos una sobre el entierro de San Pedro.
Jaine Labrada Ching
3 añosHe disfrutado mucho esta publicación!!! Muchas gracias. También he dado un viaje a los tiempos en que no me perdía los paseos de carrozas, congas y comparsas, los muñecones, monos viejos y los caballitos de la policía abriendo el desfile. Las serpentinas que siempre se les pedían a las bailarinas y permanecía una a la pelea por un poco de ellas. Lindos recuerdos!!! Es muy grato ver esta foto y saber que las tradiciones se alimentaron en el transcurso de los años. Gracias!!!!
Javier Vázquez
3 años¿Qué diría Guillén del San Juan de ahora?
María Antonia Borroto
3 años@Javier Vázquez Este año ni San Juan ha habido...
Alma Flor Ada
3 añosMis abuelos, Lola Salvador y Medardo Lafuente, murieron jovenes, pero nunca dejaron de estar presentes en las conversaciones familiares: la admiracion, el carino y la nostalgia por su ausencia hizo que sus hijas hablaran de ellos con extrema devocion, aunque haciendo honor al caracter dual de las cuatro, pasaban con facilidad de la delicada sensibilidad al humor. A veces las historias se tenian tambien de un halito romantico, que hoy me hacen preguntarme cuanto de ellas tendrian su pizca de fantasia.
Alma Flor Ada
3 añosSobre el primer encuentro de Medardo y Lola la historia legendaria, cuyo nivel de verdad o de fantasia no puedo asegurar, contaban que Medardo, joven periodista santanderino llegado a La Habana, donde colaboraba en varios periodicos inicio un contacto por correspondencia con Lola, que egresada ya del Colegio Maria Luisa Dolz vivia en Camaguey. El contacto lo propicio el que ella escribia en una revista bajo el pseudonimo de Azucena. No he podido encontrar ninguno de los articulos ni saber de que revista se trataba, aunque en las cartas de Medardo a Lola que encontre y publique en MI CADA VEZ MAS QUERIDA MIA, el menciona "nuestra revistan" Segun la leyenda familiar, el decidio ir a Camaguey a conocerla, llego en las fiestas de San Juan y supo que el auto engalanado en el que iban varias jovenes era de don Federico Salvador y se dedico a perseguirlo, tirando serpentinas de color azul celeste, el preferido de Lola, hasta envolverla en las delgadas cintas de papel. Cuanto de ello ocurrio de esta manera nunca lo sabre a ciencia cierta, pero la foto nos demuestra que el auto adornado para el paseo de San Juan existia... Por cierto que mi madre y mis tias no habian visto nunca esta foto hasta que anos despues, viviendo en los Estados Unidos, uno de sus primos de apellido Salvador le enviaron una copia xerox. Eso, por supuesto llevo a repetir una vez mas la historia que cobraba un nuevo sabor de realidad gracias a la foto que he reproducido a partir de aquella copia xerox en algunos de los libros en que trato de rescatar y conservar la historia familiar.
María Antonia Borroto
3 años@Alma Flor Ada Gracias por estas anécdotas entrañables.
Alma Flor Ada
3 años@María Antonia Borroto Gracias, Maria Antonio, gracias grandes por tu labor hermosa que nos enriquece a todos, y gracias intimas (que no pequenas) por la acgida que das a mis sencillas palabras... tu generosidad es balsamo para el dolor continuo, inmitigable, de la ausencia fisica de ese Camaguey donde siempre permanece mi espirit.
Jaine Labrada Ching
3 años@Alma Flor Ada. Bella y encantadora historia. Gracias por compartirnos.
Alma Flor Ada
3 añosAgradezco profundamente a Maria Antonia y a todos los que colaboran en este hogar-cibernetico, a la vez biblioeca,salon y escuela que es ElCamaguey, por asegurar que toda la historia y la creatividad de nuestro Camaguey, ya sea publica o familiar, conocida o intima, queda recogida para el enriquecimiento de todos.
María Antonia Borroto
3 años@Alma Flor Ada Y gracias a usted por la delicadeza y sabiduría con que ha preservado y divulgado una historia que no es sólo familiar, pues dice mucho del espíritu camagüeyano.