Al derrüido templo
Llega, tal vez, ferviente peregrino,
Y ante el altar se postra
En donde en polvo convirtióse el ídolo.
Patriota, di, ¿qué buscas,
¿Qué buscas, afanoso, en este sitio?
¡Ni el ideal de Patria se recuerda;
Su aspiración fue sueño ya maldito!
Besa el mármol del ara,
El mármol, aun ayer, en sangre tinto,
Do consumió tu arrojo
El cruento, no igualado sacrificio;
Y con santo pavor de aquí te aleja:
¡Solo estás ante el polvo de tu ídolo!
Abril, 1894
Comentarios
Heberto Casas Rivas
2 añosLa historia se repite. Este poema de cierta manera retrata la realidad de 1894. Imagino q un emigrado al regresar a su tierra y verla destruida deba sentir esto mismo en estos momentos.
María Antonia Borroto
2 años@Heberto Casas Rivas ¿Viste "De regreso", de Aurelia Castillo, ya publicado aquí, en El Camagüey?