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    ¡Perla del mar! ¡Estrella de Occidente!
    ¡Hermosa Cuba! Tu brillante cielo
    la noche cubre con su opaco velo
    como cubre el dolor mi triste frente.

    ¡Voy a partir!... La chusma diligente,
    para arrancarme del nativo suelo
    las velas iza y, pronta a su desvelo,
    la brisa acude de tu zona ardiente.

    ¡Adiós, patria feliz, edén querido!
    ¡Doquier que el hado en su furor me impela,
    tu dulce nombre halagará mi oído!

    ¡Adiós!... Ya cruje la turgente vela...
    El ancla se alza... El buque, estremecido,
    las olas corta y silencioso vuela.

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Comentarios
María Antonia Borroto
4 años

Un poema inmortal. Preciosa también la imagen de Laplante. Muy pronto podremos leer aquí la inteligente comparación entre Santiago y Camagüey realizada por Tula muchos años después. Una joyita que muchos vamos a disfrutar.

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Roberto Méndez
4 años

Ese poema excepcional que ha quedado como el primero conocido de los suyos, una rareza, porque ninguna otra de sus creaciones ha podido superarlo en popularidad.

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