Hay un sepulcro con un nimbo de oro y allí enjugando su divino lloro un arcángel en pie, baña la santa losa ardiente y bella de una radiante y solitaria estrella la móvil brillantez.
¿De quién guarda esta tumba la memoria? Aquí, bajo el sudario de la gloria duerme un Rey inmortal, rey de los pensamientos insondables que tornó en certidumbres inefables su grandioso ideal.
El genio errante, pálido y sin calma, que sintió en las tinieblas de su alma estremecerse un sol, y sintió por sus sueños abrasada nacer alas gigantes y estrelladas en sus hombros de Dios.
¡Héroe sublime que la muerte hiela! ¡duerme! que un pueblo de rodillas vela esta tumba, este altar, pues de un iris espléndido ceñida, de la rosa de fuego de tu herida, surgió la Libertad.
Tomado de Antología poética. Selección y prólogo de Sergio Chaple. La Habana, Editorial Arte y Literatura, 1977, p.75.
Comentarios