Los que aprisionas, sienten el delirio de la pasión que embriaga o que desvela, y de tus gracias sufren el martirio las que seguir pretenden tu áurea estela.
Busquen otros en ti tu faz de lirio donde enterró sus ojos la gacela, tu breve boca, tu esbeltez de cirio y tu cuerpo gentil que no anda: vuela.
Yo busco más; yo busco en la escondida llama que da fulgor a tu hermosura y nimba tus contornos virginales,
las virtudes del ser que te dio vida, del héroe que murió con la bravura y el honor de los grandes ideales.
New York, 1893
Tomado de El Fígaro Año IX, 22 de octubre de 1893, n.37, p.447. La publicación de este soneto hubiera sido imposible sin la colaboración de Pedro Pablo Rodrígues y Montesino Grandias.
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Y. J. Hall
3 años
Manuel Serafín Pichardo tiene un poema que describe muy bien al cubano de principios del siglo XX, hombre sencillo y alegre, pero belicoso y dispuesto a entrarse a tiros cuando hiciera falta: “En la guerra volaba mi caballo / Al sentir mi zapato de vaqueta. / De entonces guardo un Colt y una escopeta, / Por si otra causa de esgrimirlos hallo.”
==Soy cubano==
Visto calzón de drill y chamarreta,
Que con el cinto del machete entallo;
En la guerra volaba mi caballo
Al sentir mi zapato de vaqueta.
De entonces guardo un Colt y una escopeta,
Por si otra causa de esgrimirlos hallo.
Es mi gozo, en la paz, lidiar un gallo;
Mi orgullo improvisar una cuarteta.
Tengo en el monte una vivienda pobre,
Que abrasa el sol y que refresca el río;
Una divina Caridad del Cobre,
Que me resguarda del dolor y murria;
Una guajira alegre en el bohío
Y una guajira triste en la bandurria.
@Y. J. Hall Confieso que no conocía la palabra murria, que significa tristeza, melancolía, y en desuso hoy en día. ¿Sabes si aún se usa en España?
Curiosa la definición del Diccionario de la RAE: "Especie de tristeza y cargazón de cabeza que hace andar cabizbajo y melancólico a quien la padece".
Y se usa como adjetivo. O sea, bien puedo decir que ando o estoy murria en estos días... Una palabra curiosa.
@María Antonia Borroto . Es una palabra en desuso, salvo en zonas rurales no se utiliza. Expresa la "murriña" o moriña la escuche en Cuba hace muchos años con el mismo sentido de tristeza, decaimiento, apatía. R.
Se vuelve a constatar una vez más que los cubanos de la isla no estaban ajenos a los cubanos del exilio, los puentes que entre ellos existían: el ir y venir entre Estados Unidos y Cuba, la circulación allá de nuestras revistas (Martí lo dice de La Habana Elegante, por ejemplo, en una bella carta a Enrique Hernández Miyares) y la participación de varios habitantes de la isla en las labores conspirativas.
De la visita de Amalia Simoni y Herminia Agramonte Simoni a La Habana por esas mismas fechas ya publicamos en El Camagüey varios textos: una preciosa crónica de Dulce María Loynaz que da cuenta de un equívoco que mucho dolió a Amalia Simoni, la defensa que de ambas, Amalia y su hija, hiciera Enrique Loynaz del Castillo, publicada en Patria y otros textos aparecidos en el periódico de Martí, entre ellos una carta de la propia Amalia.
Es muy fácil acceder a los textos de Amalia siguiendo este enlace: https://bit.ly/3gB0EBR
La crónica de Dulce María Loynaz y otros textos suyos, ya publicados en El Camagüey, están disponibles en https://bit.ly/3sBbihI
No puedo evitar algunas preguntas: ¿en que circunstancias se conocieron Manuel Serafín y Herminia?, ¿sería en New York o en La Habana, durante la estancia de la joven y su mamá en la Isla?, ¿qué lugares frecuentarían ambos en New York?, ¿trabaron amistad?, ¿los unió algún afecto? Y nótese esa devoción, como si de algo sagrado se tratase, por los hijos del héroe, devoción que también se percibe en los textos en Patria.
También podríamos hablar de cómo se ha burlado la censura, porque si bien está fechado en New York, el soneto se publicó en La Habana, en una revista de amplia circulación, y contiene el elogio del hóroe y de los ideales independentistas.
Manuel Serafín Pichardo fue embajador de Cuba en España, y a raíz de su muerte, en 1937, circuló el rumor de que hubía sido asesinado por los comunistas... Otro enigma. Desconozco si el caso fue debidamente esclarecido o si aún permanece la duda.
No me extrañaría. Para los comunistas el asesinato siempre ha sido como un deporte. De los primeros en practicarlo fue Lenin, que no tuvo escrúpulos al mandar a asesinar a tiros y bayonetazos al zar Nicolás II, su mujer y sus cinco niños mientras los tenía prisioneros.
@Y. J. Hall Del suceso daría cuenta el periódico ABC en un artículo publicado el jueves 18 de marzo de 1937 en la página 14 de la edición para Andalucía:
«Se confirma oficialmente el fallecimiento, ocurrido el sábado, del embajador de Cuba en España, señor Pichardo»
Hemos visitado al cónsul de la República de Cuba en la ciudad de Sevilla, don José de la Luz León, para informarnos sobre esa noticia del fallecimiento del embajador cubano, señor Pichardo, que ha causado gran sensación en el mundo.
Y el señor De la Luz León armoniza admirablemente su condición de literato y periodista con la discreción que le impone su cualidad de diplomático:
―¿Es cierto que el embajador cubano, señor Pichardo, ha sido asesinado en Madrid por los rojos? ―le preguntamos.
―Es cierto que el embajador de Cuba en España, D. Manuel Serafín Pichardo, ha fallecido en Madrid el sábado último. He recibido la confirmación oficial por distintos conductos de Cuba y de España.
―Entonces...
―Solamente se sabe que ha fallecido.
―¿Algunos datos biográficos?
―El Sr. Pichardo era natural de la provincia de Santa Clara. De su edad jamás habló. Era un hombre mundano, artista, que hasta el último momento supo llevar su vejez. Allá por el año 1898, después de la Guerra de la Independencia, fundó y dirigió la gran revista cubana Fígaro, órgano del hispanoamericanismo. [...] Su distinción y su gran posición económica le hacían un perfecto diplomático.
―¿Qué deja al morir?
―Él casó con doña María Amblar, dama de gran distinción cubana. Deja al morir una hija casada con una distinguida personalidad española.
(Hasta aquí el texto, tal como es citado por Ecured.) Nótese la discreción del diplomático cubano.
Hay un error en el texto de ABC: el primer número de El Fígaro circuló el 23 de julio de 1885. En esos primeros momentos la revista, que llegaría a ser una de las más representativas de las postrimerías del siglo XIX y espacio para la difusión del modernismo, se presentó como “Semanario de Sports y de Literatura. Órgano de Base-ball”.
En El Camagüey ya hemos incluido varios textos tomados El Fígaro, fácilmente localizables en https://bit.ly/3LmDgGe
Los interesados pueden ver la carta en la que Amalia describe a la pequeña Herminia. El destinatario es el Mayor General Ignacio Agramonte, quien murió sin conocer a su hijita: https://bit.ly/3gy7VCo
En lo personal me complace muchísimo tener a Pichardo en la órbita de El Camagüey. En este website ya hemos publicado varios textos tomados de esta prestigiosa revista, una de las más importantes de finales del siglo XIX e inicios del XX, particularmente querida para mí y que, por suerte, se conserva en excelentes condiciones en la Biblioteca Nacional.
El Fígaro era tan importante para Pichardo que en cierta ocasión, Wenceslao (Wen) Gálvez dijo de ambos, de la revista y su hacedor lo siguiente:
"Pichardo—que ya va siendo célibe recalcitrante— es un adorador de las letras y más que de las letras, de su Fígaro. Lo atiende, lo cuida, lo mima, como á su hijo único y es el más poderoso rival que tienen las solteras que aspiran á casarse con él, que no faltará alguna. Pichardo asiste á todas las fiestas mundanas, tiene muchas simpatías, pero el día que se acabe El Fígaro, se muere Pichardo como el protagonista de «El trasplantado» de Narciso Oller, porque le falta su ideal, su culto, su ilusión suprema.
"Si no quieren ustedes molestar á Pichardo, respeten El Fígaro, si quieren complacerlo suscríbanse á él, en la seguridad de que él ha de agradecerlo más que los aplausos que ha conquistado…”
Comentarios
Y. J. Hall
3 añosManuel Serafín Pichardo tiene un poema que describe muy bien al cubano de principios del siglo XX, hombre sencillo y alegre, pero belicoso y dispuesto a entrarse a tiros cuando hiciera falta: “En la guerra volaba mi caballo / Al sentir mi zapato de vaqueta. / De entonces guardo un Colt y una escopeta, / Por si otra causa de esgrimirlos hallo.” ==Soy cubano== Visto calzón de drill y chamarreta, Que con el cinto del machete entallo; En la guerra volaba mi caballo Al sentir mi zapato de vaqueta. De entonces guardo un Colt y una escopeta, Por si otra causa de esgrimirlos hallo. Es mi gozo, en la paz, lidiar un gallo; Mi orgullo improvisar una cuarteta. Tengo en el monte una vivienda pobre, Que abrasa el sol y que refresca el río; Una divina Caridad del Cobre, Que me resguarda del dolor y murria; Una guajira alegre en el bohío Y una guajira triste en la bandurria.
María Antonia Borroto
3 años@Y. J. Hall El belicoso espíritu del cubano...
María Antonia Borroto
3 años@Y. J. Hall Confieso que no conocía la palabra murria, que significa tristeza, melancolía, y en desuso hoy en día. ¿Sabes si aún se usa en España? Curiosa la definición del Diccionario de la RAE: "Especie de tristeza y cargazón de cabeza que hace andar cabizbajo y melancólico a quien la padece". Y se usa como adjetivo. O sea, bien puedo decir que ando o estoy murria en estos días... Una palabra curiosa.
Romel Hijarrubia Zell
3 años@María Antonia Borroto . Es una palabra en desuso, salvo en zonas rurales no se utiliza. Expresa la "murriña" o moriña la escuche en Cuba hace muchos años con el mismo sentido de tristeza, decaimiento, apatía. R.
María Antonia Borroto
3 años@Romel H. Zell ¡Gracias! Aquí he oído morriña, aunque creo que también está en desuso ya, al igual que saudade. Saudade es es una palabra preciosa.
Y. J. Hall
3 años@María Antonia “Saudade” se usa mucho en Brasil.
María Antonia Borroto
3 añosSe vuelve a constatar una vez más que los cubanos de la isla no estaban ajenos a los cubanos del exilio, los puentes que entre ellos existían: el ir y venir entre Estados Unidos y Cuba, la circulación allá de nuestras revistas (Martí lo dice de La Habana Elegante, por ejemplo, en una bella carta a Enrique Hernández Miyares) y la participación de varios habitantes de la isla en las labores conspirativas. De la visita de Amalia Simoni y Herminia Agramonte Simoni a La Habana por esas mismas fechas ya publicamos en El Camagüey varios textos: una preciosa crónica de Dulce María Loynaz que da cuenta de un equívoco que mucho dolió a Amalia Simoni, la defensa que de ambas, Amalia y su hija, hiciera Enrique Loynaz del Castillo, publicada en Patria y otros textos aparecidos en el periódico de Martí, entre ellos una carta de la propia Amalia. Es muy fácil acceder a los textos de Amalia siguiendo este enlace: https://bit.ly/3gB0EBR La crónica de Dulce María Loynaz y otros textos suyos, ya publicados en El Camagüey, están disponibles en https://bit.ly/3sBbihI
María Antonia Borroto
3 añosNo puedo evitar algunas preguntas: ¿en que circunstancias se conocieron Manuel Serafín y Herminia?, ¿sería en New York o en La Habana, durante la estancia de la joven y su mamá en la Isla?, ¿qué lugares frecuentarían ambos en New York?, ¿trabaron amistad?, ¿los unió algún afecto? Y nótese esa devoción, como si de algo sagrado se tratase, por los hijos del héroe, devoción que también se percibe en los textos en Patria. También podríamos hablar de cómo se ha burlado la censura, porque si bien está fechado en New York, el soneto se publicó en La Habana, en una revista de amplia circulación, y contiene el elogio del hóroe y de los ideales independentistas.
María Antonia Borroto
3 añosManuel Serafín Pichardo fue embajador de Cuba en España, y a raíz de su muerte, en 1937, circuló el rumor de que hubía sido asesinado por los comunistas... Otro enigma. Desconozco si el caso fue debidamente esclarecido o si aún permanece la duda.
Y. J. Hall
3 añosNo me extrañaría. Para los comunistas el asesinato siempre ha sido como un deporte. De los primeros en practicarlo fue Lenin, que no tuvo escrúpulos al mandar a asesinar a tiros y bayonetazos al zar Nicolás II, su mujer y sus cinco niños mientras los tenía prisioneros.
María Antonia Borroto
3 años@Y. J. Hall Del suceso daría cuenta el periódico ABC en un artículo publicado el jueves 18 de marzo de 1937 en la página 14 de la edición para Andalucía: «Se confirma oficialmente el fallecimiento, ocurrido el sábado, del embajador de Cuba en España, señor Pichardo» Hemos visitado al cónsul de la República de Cuba en la ciudad de Sevilla, don José de la Luz León, para informarnos sobre esa noticia del fallecimiento del embajador cubano, señor Pichardo, que ha causado gran sensación en el mundo. Y el señor De la Luz León armoniza admirablemente su condición de literato y periodista con la discreción que le impone su cualidad de diplomático: ―¿Es cierto que el embajador cubano, señor Pichardo, ha sido asesinado en Madrid por los rojos? ―le preguntamos. ―Es cierto que el embajador de Cuba en España, D. Manuel Serafín Pichardo, ha fallecido en Madrid el sábado último. He recibido la confirmación oficial por distintos conductos de Cuba y de España. ―Entonces... ―Solamente se sabe que ha fallecido. ―¿Algunos datos biográficos? ―El Sr. Pichardo era natural de la provincia de Santa Clara. De su edad jamás habló. Era un hombre mundano, artista, que hasta el último momento supo llevar su vejez. Allá por el año 1898, después de la Guerra de la Independencia, fundó y dirigió la gran revista cubana Fígaro, órgano del hispanoamericanismo. [...] Su distinción y su gran posición económica le hacían un perfecto diplomático. ―¿Qué deja al morir? ―Él casó con doña María Amblar, dama de gran distinción cubana. Deja al morir una hija casada con una distinguida personalidad española. (Hasta aquí el texto, tal como es citado por Ecured.) Nótese la discreción del diplomático cubano. Hay un error en el texto de ABC: el primer número de El Fígaro circuló el 23 de julio de 1885. En esos primeros momentos la revista, que llegaría a ser una de las más representativas de las postrimerías del siglo XIX y espacio para la difusión del modernismo, se presentó como “Semanario de Sports y de Literatura. Órgano de Base-ball”. En El Camagüey ya hemos incluido varios textos tomados El Fígaro, fácilmente localizables en https://bit.ly/3LmDgGe
María Antonia Borroto
3 añosLos interesados pueden ver la carta en la que Amalia describe a la pequeña Herminia. El destinatario es el Mayor General Ignacio Agramonte, quien murió sin conocer a su hijita: https://bit.ly/3gy7VCo
Rolando Emilio Chavez Miranda
3 añosEterna Gloria para el Bayardo y su familia.
Rolando Emilio Chavez Miranda
3 añosGracias Maria y Hall. Cuanto conocimiento de ustedes. Y cuantos desvelos!
María Antonia Borroto
2 añosEn lo personal me complace muchísimo tener a Pichardo en la órbita de El Camagüey. En este website ya hemos publicado varios textos tomados de esta prestigiosa revista, una de las más importantes de finales del siglo XIX e inicios del XX, particularmente querida para mí y que, por suerte, se conserva en excelentes condiciones en la Biblioteca Nacional. El Fígaro era tan importante para Pichardo que en cierta ocasión, Wenceslao (Wen) Gálvez dijo de ambos, de la revista y su hacedor lo siguiente: "Pichardo—que ya va siendo célibe recalcitrante— es un adorador de las letras y más que de las letras, de su Fígaro. Lo atiende, lo cuida, lo mima, como á su hijo único y es el más poderoso rival que tienen las solteras que aspiran á casarse con él, que no faltará alguna. Pichardo asiste á todas las fiestas mundanas, tiene muchas simpatías, pero el día que se acabe El Fígaro, se muere Pichardo como el protagonista de «El trasplantado» de Narciso Oller, porque le falta su ideal, su culto, su ilusión suprema. "Si no quieren ustedes molestar á Pichardo, respeten El Fígaro, si quieren complacerlo suscríbanse á él, en la seguridad de que él ha de agradecerlo más que los aplausos que ha conquistado…”